La batalla de las primarias republicanas se desplaza al sur

WASHINGTON – La campaña por la candidatura presidencial del partido republicano se desplaza al sur esta semana, con primarias en Alabama y Misisipi que podrían sellar la suerte de uno de los aspirantes, Newt Gingrich.

Luego de tres meses de iniciada la contienda, de la cual emergerá el republicano que desafíe en noviembre al presidente Barack Obama, y transcurrido ya el “Supermartes” con primarias y “caucus” en diez estados, la puja sigue siendo de resultado incierto.

El exgobernador de Massachusetts Mitt Romney que, según los cálculos, tiene en su haber ya unos 455 de los 2,286 delegados a la Convención Nacional, sigue al frente del cuarteto de competidores, pero todavía no ha convencido a los sectores más conservadores del electorado republicano.

El sábado, Romney sumó victorias en los territorios de Guam, Islas Vírgenes y las Islas Marianas del Norte y se adjudicó el triunfo en Wyoming al completarse el enrevesado proceso electoral de los republicanos que habían votado en “caucus” el martes anterior.

En una declaración escrita, Romney, que ha decidido tomarse un fin de semana de reposo, dio las gracias a los votantes republicanos en esos territorios y señaló que ellos “han hecho oír su voz y han dicho que quieren lograr cambios en sus islas haciendo cambios en Washington”.

El exsenador de Pensilvania Rick Santorum salió fortalecido el sábado por su victoria en Kansas y, con aproximadamente 215 delegados a su favor, marcha confiado a las primarias que mañana se celebrarán en Alabama (50 delegados) y Misisipi (40 delegados).

Ese mismo día habrá primarias en Hawai, donde se juegan 20 delegados, y en la Samoa estadounidense, con 9 delegados.

En declaraciones ayer al programa “Meet the Press” de la cadena NBC de televisión, Santorum admitió que las cosas serían más fáciles para él si Gingrich abandonara la competición, y un comité de acción política que respalda al exsenador ha difundido avisos aconsejando a Gingrich que se retire.

“El hecho de que Romney haya gastado en las campañas diez dólares por cada uno gastado por mi campaña y apenas pudiera ganar por la mínima en Michigan y Ohio” indica, según Santorum, el atractivo que sigue teniendo él entre los votantes.

Gingrich, que ha recolectado poco más de 105 delegados, cuenta con que su arraigo sureño -fue representante por Georgia en el Congreso de EE.UU.- le permita continuar en la carrera donde pelea con Santorum el estandarte del republicano más conservador.

“Ya sobrevivimos al aluvión de propaganda negativa de Romney en Florida, financiado por Wall Street”, declaró Gingrich, quien se hizo presente en cinco actos públicos en Alabama. “Estamos en esta campaña para quedarnos y seguiremos hasta el final”.

Sabiendo quién es el verdadero rival para la permanencia de Gingrich, su campaña divulgó un memorando en el cual se afirma que Santorum, como miembro del Congreso, contribuyó al gasto excesivo del Gobierno federal que hizo que los republicanos perdieran la mayoría legislativa en 2006.

En un país donde siglo y medio después de la Guerra Civil persisten las diferencias entre el Sur y el Norte resultaría una ironía que un católico “yankee” (del Norte) como es Santorum derrote a Gingrich en el Sur bautista y evangélico.

Numerosos conservadores prominentes han sugerido en días recientes que Gingrich debería abandonar la competencia para que, sumados sus delegados y sus votantes a la campaña de Santorum pueda impedirse que Romney se asegure la candidatura presidencial antes de la Convención que se inaugura el 27 de agosto en Tampa (Florida).

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