Javier Sicilia movilizará a inmigrantes en EEUU

El poeta busca unificar a estadounidenses e inmigrantes en un movimiento social que impulse la regulación en la venta de armas de fuego y drogas

SAN FRANCISCO.– La misma mañana del lunes 2 de abril sucedió en Oakland el ejemplo de la “estupidez” de las políticas de seguridad norteamericanas, calificó el poeta y activista Javier Sicilia, al allanamiento federal de un local con venta de mariguana medicinal, que dejó a decenas de pacientes adoloridos; y a unas millas de ahí, en una escuela, el asesinato de siete personas con el uso de un revólver calibre 45.

“Ahí está la prueba más clara de la estupidez: las armas, que son verdaderamente un asunto de seguridad nacional, que son contundentes y expansivas, matan, ahí están; y la droga, que es un asunto de salud pública, con funciones terapéuticas, perseguidas por seguridad nacional”, mencionó el líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), en entrevista exclusiva con El Mensajero en la Universidad de San Francisco.

Sicilia, que llega a esta ciudad para coordinar una caravana nacional por varias ciudades estadounidenses a partir del 12 de agosto, en coordinación con Global Exchange, reiteró lo que ha dicho en pueblos mexicanos: “ésta persecución estúpida de las drogas y ésta legalización estúpida de las armas nos está matando, ahí [en Oakland] está la prueba más clara de la idiotez, que en nuestro país [México] no son un muerto [o siete], son más de 50,000, con una multiplicación del dolor, con familias rotas, con familias destruidas y con más de 20,000 desparecidos que el gobierno no ha dado cuenta de uno solo”.

En uno de los salones de la Universidad de San Francisco hay dos sillas frente a frente. En una está sentado el poeta y activista Javier Sicilia. En la otra, El Mensajero. Ahí interactuamos.

–El Mensajero (EM): ¿Qué impresión te dejó la Caravana que tuvo el MPJD por el norte y sur de México?, parecías de pronto un embajador del dolor mexicano.

–Javier Sicilia (JS): Lo que pudimos ver [en 11,000 kilómetros del recorrido] es que el dolor del país es muy grande, no sólo el dolor que le está infringiendo la criminalidad, con asesinatos, secuestros, extorsiones, sino en el desprecio que tienen los gobiernos por el dolor de la gente, en impunidad, en desprecio, en muchos sentidos en la colusión de las autoridades con los criminales; a veces las familias denuncian los desaparecidos, los asesinatos, y son amenazados, entonces el dolor es muy grande y la indefensión también.

–EM: Este dolor se tradujo en propuestas del MPJD al presidente Felipe Calderón, en el Castillo de Chapultepec, ¿qué resultados han obtenido de esas iniciativas?

–JS: Muy poco, casi nada. Se logró poner en la conciencia, no sólo de la nación, sino de la clase política, que las víctimas son seres humanos, y que es necesario hacer justicia y encontrar una ruta de paz. Se logró una Procuraduría de atención a las víctimas, pero es un organismo con muy poco personal, con muy poco dinero y que realmente no está atendiendo la problemática, es casi un decorado; una Ley de víctimas, que esperamos se discuta pronto en la Cámara [de Senadores], pero si no hay reparación del daño, si no hay justicia, si tenemos el 98% de impunidad, pues aunque sea la mejor Ley de víctimas que haya (creo que va a ser ejemplar a nivel mundial), pues si no se encarna y no se aplica la Ley, pues será letra muerta, como tantas leyes que hay.

–EM: México tiene una creencia popular en el Mesías, el Cristo, el Quetzalcóatl, Villa o Zapata, ¿sientes tú esta presión social, es ese el camino para la transformación nacional?

–JS: Es uno de los grandes problemas de México, que siempre está dependiendo de figuras providenciales que van a resolver la problemática.

Debemos de entender que no es así, que lo resolvemos los ciudadanos, si nos unimos, y entre todos, cada quien haciendo lo que le corresponde hacer, resolvemos el problema.

Olvidamos que la soberanía recae en el pueblo, olvidamos que cuando un pueblo unido hace temblar a su gobierno y el gobierno se ve impelido a hacer su trabajo bien, es que estamos en la democracia, cuando el pueblo se retira y no confía en sus autoridades ni las presiona, es señal de que estamos en una tiranía o en una especie de dictadura, y de las peores, como es el caso de México, que es la tiranía y la dictadura del caos y de las complicidades criminales.

–EM: En el caso mexicano, ¿queda vía para el cambio a través del diálogo?

–JS: Nosotros seguimos en la tesitura del diálogo, evidentemente los diálogos con la presidencia se agotaron. Nos falta sentar a los candidatos a la presidencia, porque no hablan del problema, parece que viven en otro país, que estamos en una situación normal para unas elecciones que para mí siguen siendo las elecciones de la ignominia, y que nos expliquen (porque esto es un llamado personal), por qué no deberíamos votar en blanco, frente a las traiciones de todos los gobiernos y la realidad que está viviendo el país y el desprecio que han tenido por los mexicanos.

–EM: ¿Consideras que la fragmentación social mexicana fue instrumentada con la estrategia bélica de Calderón?Más: ElMensajero.com

–JS: Es una hipótesis que tiene sentido, que es coherente. A mí me cuesta trabajo pensar que haya tanta perversidad, aunque es posible. Creo que más bien es estupidez, es prejuicio frente a las drogas, prejuicio frente a los mexicanos, prejuicio frente a muchas cosas que llevan a hacer políticas estúpidas, como hacer de la droga un problema de seguridad nacional, es por estupidez, y tener legalizadas las armas, pura estupidez, porque así conviene a los intereses en el flujo ilegal de armas, que están precisamente armando a los delincuentes que producen la droga que los Estados Unidos no quieren consumir. A mí, desde un punto de vista más allá de lo perverso, me parece un programa de estúpidos, por no poner en la mira y en el corazón de la vida política a los seres humanos y poner por encima de ello los intereses económicos.

–EM: Los pueblos latinoamericanos tenemos una visión paranoica de intervención estadounidense, ¿qué tanto interesaría a Estados Unidos la descomposición social en México, por ejemplo en el caso de la desaparición y asesinato de migrantes?

–JS: Hay muchas hipótesis, a veces yo pienso que hay grupos, sobre todo estos grupos imbéciles y racistas, que a veces uno no sabe si parte del ejército o parte de los mismos cárteles como los Zetas están pagados para desaparecer o explotar de una manera infecta a los migrantes, parece que hay un intento de limpieza perversa, pero que no es el gobierno, sino ciertos grupos, yo supongo, que pagan por eso, o quizá no, simplemente los migrantes significan una población tan indefensa, que es susceptible de ser utilizada por el crimen organizado para todo tipo de delitos que les producen dinero, es decir, todas las hipótesis caben, pero cualquiera de las hipótesis es criminal y hablan de que los gobiernos no están haciendo su trabajo, que es proteger a la gente.

–EM: ¿Cuáles son las metas de la caravana por suelo estadounidense?

–JS: En primer lugar, unificar a los connacionales, a los centroamericanos y a las organizaciones de derechos humanos, las organizaciones más conscientes norteamericanas, de que el problema que está viviendo México y Centroamérica es un problema que tiene que ver con los Estados Unidos y con las políticas norteamericanas. El problema de los norteamericanos es que son pueblos muy autorreferenciales, no se miran más que a sí mismos, y a veces no miran que las políticas de sus gobiernos dañan profundamente a otros, en este caso a pueblos vecinos, como México y otros, y esto es para que exijan al gobierno un cambio en su estrategia de drogas y un control absoluto de las armas que están entrando a México, que nos están matando. Es generar una unidad binacional o trinacional para exigir a nuestros gobiernos que le tienen que parar a supuestas seguridades nacionales para proteger a la gente.

–EM: Eres poeta y periodista, ¿cómo te gustaría que terminara esta odisea por Estados Unidos?

–JS: Con mucha unidad, mucho amor y mucha indignación, sin odio, que nos permita encontrar una ruta hacia una paz, un redescubrirnos como hermanos, como seres humanos, más allá de las ideologías, más allá de las fronteras y más allá de los intereses.

Javier Sicilia visitará en los próximos días distintas ciudades de Estados Unidos para coordinar la movilización de agosto, entre ellas: Stockton [este miércoles 11 de abril], San José, Los Ángeles, El Paso y Chicago.

Después de nuestra entrevista en la USF, Sicilia impartió a un grupo de jóvenes estudiantes, muchos de ellos hispanohablantes, la conferencia intitulada “La emergencia nacional de México y el rol de los Estados Unidos”.

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