Rinden tributo a víctimas de crímenes

Cientos de personas se congregaron ayer en Manhattan

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Crédito: JOSE A. RIVERA

NUEVA YORK – Cientos de personas se congregaron ayer en Manhattan para rendir tributo a las víctimas -muertas y sobrevivientes- de crímenes.

JoAnn Soto, estoicamente y embargada por la emoción, recordó a su único hijo, Londell Byrd, asesinado a tiros en El Bronx en diciembre de 2010. “Mi hijo de 17 años, tenía un brillante futuro”, dijo la madre, que luchó para contener las lágrimas y poder proseguir. “Era buen estudiante y tenía planeado entrar a la universidad Pace, para estudiar finanzas”, recalcó.

Soto prosiguió diciendo que “él me cuidaba, me decía que yo era su heroína. Sólo vivía para él, pero ahora ya no está, porque su vida le fue arrebatada”, dijo.

Al testimonio de Soto se le unió el de otras víctimas, sobrevivientes de diferentes crímenes, que poco a poco fueron relatando cómo les había cambiado su vida, al tiempo que agradecían a la Unidad de Víctimas de Crímenes Violentos de la Fiscalía, el apoyo para superar lo ocurrido.

Una de ellas fue Natasha Alexenko, que tuvo que esperar 15 años antes que el hombre que la atacó sexualmente, fuera capturado y procesado ante la justicia por el crimen, ocurrido en 1993, en un edificio de Manhattan. “Los detalles de lo ocurrido no son importantes, pero sí lo es el hecho de cómo, a través de los años, he logrado sanar las heridas”, dijo Alexenko y alabó la medida aprobada el mes pasado, conocida como Ley de Recolección Uniforme de ADN, que amplía la recopilación de muestras, incorporando el de todas las personas convictas por delitos menores.

Muchos de los presentes no pudieron contener las lágrimas al escuchar los relatos, que se expusieron durante la actividad que se realizó en la iglesia West End Collegiate, en la que -al culminar- fueron encendidas velas blancas en memoria de las víctimas.

Theresa Sareo tenía 20 años cuando el 11 de junio de 2002 se encontraba parada en la esquina de la calle 34 y la avenida Park, en Manhattan. Sin poder recordar lo ocurrido con precisión, relató que el conductor de una camioneta, que iba en estado de embriaguez, trató de hacer un giro de forma ilegal, fue golpeado por otro vehiculo y la atropelló.

“No recuerdo nada del accidente, sólo que recuperé la conciencia a la semana cuando estaba en un hospital”, dijo la mujer, a la que le fue amputada su pierna derecha. “Mi vida cambió por completo y me tomó varios años aceptarlo”, aseguró.

Sareo, que luego de terminar su relato interpretó una canción de reflexión, subrayó que la recuperación es un proceso donde se pasa por “negación, entendimiento, odio y rabia”, pero que luego “es el mantener la esperanza y decirle sí a la vida”.

El fiscal del Manhattan Cyrus Vance, quien abrió la ceremonia, sostuvo que la vigilia “permite rendir un homenaje a las innumerables víctimas que pierden la vida, así como a los que sobreviven a causa de actos violentos sin sentido”.

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