Cardenal italiano no tiene nada que envidiarle a Rambo
Algunas de sus armas son un fusil italiano Breda Argus, un mosquetón suizo K31 Schmidt Rubin, una carabina estadounidense Remington 7400, un fusil italiano FAET, un fusil soviético Nagnant y un fusil turco Hatsan
Ciudad del Vaticano, 26 de Abril – Un cardenal de la Curia Romana, Domenico Calcagno, presidente del APSA, la Administración del Patrimonio Apostólico, que gestiona el patrimonio inmobiliario del Vaticano, ha atraído la atención de la opinión pública al conocerse que tiene en su casa 13 armas de alta gama.
El italiano Calcagno, de 69 años, exobispo de Savona (noroeste de Italia) y nombrado cardenal por Benedicto XVI el pasado 18 de febrero, dispone, según ha publicado el diario “Savonanews” en su página web, un fusil italiano Breda Argus, un mosquetón suizo K31 Schmidt Rubin, una carabina estadounidense Remington 7400, un fusil italiano FAET, un fusil soviético Nagnant y un fusil turco Hatsan.
También cuenta con una carabina italiana Beretta, un fusil del calibre 12 de fabricación belga, otro de dos cañones de fabricación italiana Franchi, otro igual de la marca Beretta y un revólver estadounidense Smith & Wesson.
Todas esas armas fueron declaradas por el cardenal, según muestra el diario, en la jefatura de policía de Savona, en la que aseguró que las custodia en su casa, en un armario cerrado bajo llave.
Tras revelar el diario el amor por las armas del purpurado, lo que ha llevado a algunos rotativos italianos a denominarle ya “el cardenal Rambo”, el cardenal confirmó al diario italiano “Il Fatto Quotidiano” la existencia de las mismas, pero restó importancia.
“Son viejas armas, de poca importancia, piezas de antigüedad que a mi me gustan”, aseguró al diario.
El cardenal, uno de los pocos que tiene acceso al Apartamento Pontificio, insistió en que son objetos de coleccionista y que a él no le gusta hacer daño a nadie.
Reconoció que cuando era joven iba a un polígono deportivo de tiro e insistió en que todas las armas están regularmente declaradas ante la policía italiana.
“Desde que estoy en Roma he tenido que renunciar” a acudir a polígonos de tiro, subrayó al diario.