Dueña de casa protesta contra Wells Fargo Bank

Con la esperanza de salvar su casa, Ana Casas bajó de una camioneta en su silla de ruedas y se dirigió con determinación al domicilio 1320 de la calle Woodstock, una lujosa mansión en la ciudad de San Marino, con el propósito de entregar un cheque por $1,500 dólares a Timothy Sloan, jefe de finanzas del banco Wells Fargo.

Ana Casas tiene la esperanza de salvar su casa.

Ana Casas tiene la esperanza de salvar su casa. Crédito: ArchivoLa Opinión

Con la esperanza de salvar su casa, Ana Casas bajó de una camioneta en su silla de ruedas y se dirigió con determinación al domicilio 1320 de la calle Woodstock, una lujosa mansión en la ciudad de San Marino, con el propósito de entregar un cheque por $1,500 dólares a Timothy Sloan, jefe de finanzas del banco Wells Fargo.

Con esta cantidad escrita en un cheque personal, equivalente al pago mensual de la hipoteca de la casa que ha habitado con su familia por casi 40 años, Ana buscaba evitar a toda costa el embargo de su casa, incluso arriesgando ser arrestada por acercarse a la puerta de la casa de Sloan.

“Llevo peleando cuatro años con Wells Fargo para salvar mi casa. No es justo lo que ellos están haciendo conmigo. No merezco vivir este infierno. Nadie merece pasar por esto”, dijo Casas con la dificultad para hablar que su parálisis cerebral congénita le produce. Esta mujer, madre de dos hijos adultos, también padece cáncer.

“El banco – Wells Fargo- ni así se compadeció de mi que soy incapacitada y que paré de hacer mis pagos de la casa , precisamente porque mi tratamiento contra el cáncer me resultaba muy caro.

Tampoco se compadecen de otras personas y eso tiene que parar”, expresó la mujer, quien por más de 20 minutos tocó la puerta de dicho domicilio sin obtener respuesta de Sloan o de alguien más dentro de la casa. Pero sí de la policía que llegó al lugar advirtiéndole sobre su posible arresto, ya que Casas estaba violando un decreto de la ciudad de no acercarse en protesta a más de 150 pies de distancia.

Apoyándola estaban varios grupos que sumaban más de 100 personas, entre trabajadores sindicalizados de la educación, de lava coches y de cuidado infantil.

“Venimos a apoyar a Ana, porque muchas personas están en la misma situación. Los trabajadores de la educación tememos que lo mismo nos pueda pasar a nosotros con los recortes y despidos que ha habido en el distrito”, sugirió Blanca Gallegos, portavoz del sindicato de trabajadores de la educación SEIU Local 99.

“Venimos en paz, pero muy enojados”, dijo Luz María Castano, miembro del sindicato de trabajadores de cuidado infantil. “No vamos a dejar que Ana, ni ninguna otra persona más pierda su casa por culpa de la avaricia de los bancos”.

En California el número de ejecución de embargos ha declinado en el primer cuarto del 2012 . La primera disminución en los últimos cinco años.

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