Votarán sobre enmienda matrimonial
Carolina del Norte no tiene una definición clara del término en su constitución.
Charlotte, Carolina de Norte – Los votantes en Carolina del Norte decidirán sobre un cambio a su Constitución que busca definir el matrimonio entre un hombre y una mujer como el único válido, tema que ha dividido al estado y a la comunidad hispana.
Hoy no sólo se realizarán elecciones primarias en el estado “Tar Heel”, sino que se votará -mediante un referéndum- sobre la polémica Enmienda Uno, que precisará las uniones domésticas reconocidas por el Gobierno estatal.
Carolina del Norte es el único estado del sureste del país sin una definición clara del matrimonio en su constitución aunque desde 1986 el estado estipula que están prohibidas las uniones entre parejas del mismo sexo.
Los grupos a favor de la medida -la mayoría iglesias- argumentan que es un asunto “moral y religioso”, que busca preservar el núcleo familiar.
Los que están en contra denuncian “discriminación”, porque con la enmienda se ignoran las uniones civiles de parejas inclusive heterosexuales, se pone en peligro la protección contra la violencia doméstica de algunas víctimas y de sus hijos menores de edad.
“Es definitivamente un tema que divide a la comunidad aunque considero que es por falta de información. No se trata de la defensa de matrimonios entre lesbianas y homosexuales, eso está claro que aquí no se puede, es un asunto de derechos civiles”, afirmó Daniel Valdez, del Fondo de Lesbianas y Gays de Charlotte.
“Carolina del Norte es un estado del sur muy progresista y votar a favor de esta enmienda es regresar al tiempo que estaban prohibidos los matrimonios entre blancos y negros”, acotó el hispano.
Varias organizaciones que defienden a los inmigrantes han mostrado rechazo a la enmienda por los aspectos negativos para las familias que buscan resolver su situación migratoria.
Según la Coalición Latinoamericana (LAC), con sede en Charlotte, las parejas de inmigrantes a menudo no están motivadas a contraer matrimonio en Estados Unidos por varias razones.
Por ejemplo, algunas políticas de inmigración penalizan a los hijos adultos que contraen nupcias cuando están en proceso de petición de sus padres, obligándolos a elegir entre la documentación y el matrimonio.
Para Lacey Williams, coordinadora del grupo juvenil en LAC, la división que pueda existir sobre el tema entre los hispanos es más que todo un “asunto generacional”.
“Los jóvenes están más expuestos a las relaciones homosexuales que los adultos, lo toman más natural, porque lo experimentan en las escuelas y en otras partes”, señaló la activista.
Se calcula que más de 212,000 parejas no están casadas legalmente en Carolina del Norte pero gozan de beneficios de sus relaciones domésticas como seguro médico que provee uno de los miembros al igual que a los hijos que se procreen en la relación.
Por su parte, las iglesias católicas y otras congregaciones religiosas han urgido a sus feligreses a apoyar la Enmienda Uno “en nombre de Dios”.
Para María Emilia DeMayo, psicóloga, consejera escolar y exmaestra, lo más importante en esta elección es mantener la estabilidad de los niños en la familia.