Ansiedad por reubicación de inquilinos

Ancianos rechazan mudarse a apartamentos más pequeños y otros cambios.

Dorothy Tyler lleva viviendo 60 años en el mismo complejo NYCHA de Loisaida y no se quiere mudar.

Dorothy Tyler lleva viviendo 60 años en el mismo complejo NYCHA de Loisaida y no se quiere mudar. Crédito: Carolina Ledezma / EDLP

Manhattan – Entre las medidas para preservar el sistema de viviendas públicas que la Autoridad de Vivienda de Nueva York (NYCHA) reúne en el llamado Plan NYCHA, la reasignación de 50,000 apartamentos subutilizados ha encontrado gran resistencia entre los vecinos de Loisaida.

Después de 60 años en el complejo Lilian Wald Houses del Lower East Side, Dorothy Tyler, estadounidense de 75 años, recibió una carta de NYCHA informándole que deberá mudarse de su residencia de tres cuartos a una más pequeña. Esto para permitir que una familia más grande pueda gozar de una vivienda adecuada.

“Fue atemorizante, porque no entendí lo que me decían en la carta”, contó la anciana que ahora vive sola en el lugar donde crió a sus dos sobrinos. Según dice, la gerente de su edificio le informó que si no firmaba la carta iba a tener que dejar su departamento.

“Yo he hecho mucho por este vecindario y dos de mis vecinos son quienes me cuidan si me enfermo o algo pasa”, exclama quien se resiste a mudarse aunque sea en el mismo complejo.

La boricua Carmen Negrón, de 60, vecina de Baruch Houses que organiza asambleas para informar a los vecinos sobre el plan NYCHA, dice que el lenguaje utilizado en la carta de transferencia “es abusivo y, además, no se le garantiza la reubicación en el mismo edificio”.

Sin embargo, el texto menciona que el firmante tendrá derecho a escoger en qué proyecto quisiera vivir.

Negrón dice que el cambio afecta principalmente a ancianos conectados con su comunidad. “Tengo vecinas que me han dicho que si las mudan no duran ni dos semanas”, asegura Negrón.

Según datos oficiales, hay 4,540 unidades subutilizadas en los 11 proyectos residenciales de Loisaida, mientras que existen 896 residencias superpobladas.

La ecuatoriana Mónica Salas, de 41, lleva ocho años viviendo con su esposo y tres niños en un departamento de dos cuartos en Baruch Houses, a la espera de uno más grande. Hasta hoy la niña, de 9, duerme en una esquina de su cuarto matrimonial, mientras los varones de 15 y 10 años comparten el otro dormitorio.

“Yo me siento frustrada, porque sé que hay vecinos que viven solos en apartamentos de tres y cuatro habitaciones y te dicen abiertamente que no se mudarán”, explicó desesperada.

Estas mudanzas son parte de las ideas de NYCHA para proveer viviendas de bajo costo a más de 161,000 familias que están en lista de espera. Según el presidente de esta autoridad, John B. Rhea, la posibilidad de ser transferido consta en el contrato que todo arrendatario firma al comienzo.

“Reconocemos que el tema es muy sensible, pero debemos servir a la mayor cantidad de personas y ofrecerles las condiciones adecuadas de vida”, destacó.

También dijo que él mismo se ha asegurado que el contenido de la carta a los inquilinos tenga el nivel adecuado de empatía y sensibilidad para canalizar ese nivel de ansiedad.

“Prometemos una opción de ser transferidos en su conjunto si hay unidades disponibles y si firman la carta”, recalcó Rhea. “Si no, los arrendatarios no podrán solicitar el cambio según desean. Hay temor de perder lo que se tiene, pero a mucha gente no le gustan los cambios y se siente en el derecho de quedarse donde está”, finalizó el ejecutivo.

De los cinco condados, Manhattan es el que más departamentos subutilizados tiene: 18,774, 35% de la oferta de viviendas públicas de la ciudad.

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