Sociedad: Matrimonio gay

Tras dos años de evadir una postura clara y explícita sobre el tema, el presidente Barack Obama declaró en una entrevista con ABC News que apoya legalizar el matrimonio gay.

“He concluido que es importante para mí dar un paso adelante y afirmar que creo que las parejas del mismo sexo deberían poder casarse”, indicó el presidente, apostando por una opción progresista y arriesgada que puede tener importantes consecuencias electorales.

Un ejemplo de lo que Obama se juega en este asunto es Carolina del Norte. Ese es un Estado que el presidente ganó en 2008 y que aspira a volver a ganar en noviembre. Pero es un estado esencialmente conservador y religioso. Como prueba de ese peligro, Carolina del Norte se convirtió el martes en el 30 Estado de la Unión que aprueba una ley que define el matrimonio como “la unión entre un hombre y una mujer”.

Lo otro es que muchos de los tradicionales votantes demócratas (los afroamericanos, el electorado religioso, así como las clases obreras) están en el campo de los que se oponen y podrían abandonarle. Similar puede ser la situación entre los hispanos, en su mayoría católicos.

Mientras que los votantes independientes, las élites urbanas y el electorado más joven, todos ellos a favor de las uniones gays se movilizarían a su favor.

Es un tema que divide por la mitad a la nación, de ahí la prudencia con la que los candidatos lo abordan.

Pero el impulso de la comunidad gay, que tuvieron un rol importante en su primera elección y que gana influencia en la política, lo han puesto ahora sobre la mesa de una manera inexcusable. A tal grado, que el propio presidente está dispuesto a arriesgarse en esta coyuntura al pronunciarse sobre el asunto. Pero tal vez no tenía otra opción.

En su cronología sobre el tema el periodista Antonio Caño señala que: El 14 de octubre de 1979 50,000 personas marcharon en Washington, para pedir la protección de los derechos civiles de los homosexuales. Le pedían al Congreso que enmendara la Ley de Derechos Civiles para que esta amparara, además de las minorías raciales, a las sexuales. Y le imploraban al presidente, el demócrata Jimmy Carter, que firmara un decreto para condenar la discriminación contra los gays en el Ejército y el Gobierno.

Durante el mandato de Reagan, en 1982, el Pentágono aprobó una normativa interna en la que se afirmaba: “La homosexualidad es incompatible con el servicio militar. La presencia en los rangos militares de las personas de conducta homosexual o que, por sus declaraciones demuestran una propensión a participar en una conducta homosexual, afecta gravemente el cumplimiento de la misión militar.” Por más de una década, a los gays se les expulsó del Ejército sin contemplaciones.

Bill Clinton, en 1993, impulsó la aprobación de una ley que cambió levemente la situación de los gays en las fuerzas armadas. Denominada Don’t ask, don’t tell ((No preguntes, no cuentes), esa norma prohibía a gays y lesbianas entrar en el Ejército si no escondían su sexualidad. El Pentágono expulsó a 13.000 soldados gays y lesbianas hasta que el Congreso la anuló

En 1996, durante su época como presidente de la Cámara de Representantes , el republicano Newt Gingrich apoyó la aprobación de una norma conocida como Ley de Defensa del Matrimonio, aún vigente, que invalida las uniones entre personas del mismo sexo a nivel federal.

Obama es, sin duda, el presidente que más ha hecho para ayudar a la comunidad gay del país. Bajo su presidencia se ha revocado la ley que prohibía a gays y lesbianas servir abiertamente en el Ejército y se ha dejado de defender en los tribunales una ley que invalida las uniones entre personas del mismo sexo a nivel federal.

Sin embargo, había evitado pronunciarse sobre el tema del matrimonio (aunque sí apoyó el derecho a las “uniones civiles”), y había cada vez más presión de que el presidente se definiera sobre este asunto.

Algunos de los contribuyentes mas poderosos a su campaña electoral activamente promueven el matrimonio gay. Uno de cada seis de sus principales recaudadores -los que han generado más de 500,000 dólares- para su campaña son gay, y muchos más de sus promotores son figuras destacadas que públicamente se identifican con gay y/o son matrimonios gay, reporta el Washington Post.

Por otro lado, parte de la cúpula del Partido Demócrata desea incluir el apoyo del matrimonio gay en su “plataforma” partidaria en la convención nacional que se celebrará este verano y donde oficialmente se designará a Obama como el candidato presidencial.

El hecho de que su número dos, el vicepresidente Joe Biden, insinuase el pasado fin de semana su apoyo al matrimonio gay y que al día siguiente, lunes, el secretario de educación Arne Duncan, declarase sin ambages su respaldo, puso, sin duda, más presión sobre Obama para que aclare su postura sobre el matrimonio homosexual

Y tras dos años “de evadir delicadamente una postura clara y explícita sobre el tema”, Obama, por fin, declaró

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