Campos de negación
María vino a la Florida para salir adelante. Ella llego de adolescente a mediados de los 1990, huyendo de una vida de pobreza sufrida en un trozo de tierra en Oaxaca, uno de los estados más pobres de México, donde su familia subsistía cultivando maíz. María y su esposo deseaban un futuro mejor para su familia, uno que era imposible en su país. En el sur de la Florida, ella trabajaba siete días a la semana llenando arcas con calabazas, tomates, frijoles y pepinos. A ninguno de los dos le gustaba trabajar en los campos de Florida, pero sin sus papeles, era lo único que podían hacer para mantenerse.A pesar de que sus vidas no eran fáciles, durante mucho tiempo ellos sentían que progresaban. Sin embargo, en el 2008, el país se hundió en una profunda recesión y el trabajo agrícola menguo. Durante la temporada baja en Florida y para suplementar sus ingresos, la pareja viajaba al norte a sembrar tomates. En el 2010, María no pudo viajar con su marido porque estaba embarazada. El se fue a Ohio solo.Desde entonces, la familia vive separada. Al esposo de María, viajando en bus de regreso a Florida, oficiales de inmigración lo pararon, y al ver que no tenía papeles, lo deportaron a México. El ahora está en su país natal trabajando para conseguir el dinero que le permita regresar a los Estados Unidos. Esto es difícil lograr cuando uno es un trabajador sin educación y destrezas. María considero regresar a México. Pero para sus hijos, que nacieron en Estados Unidos, México es un país desconocido y extraño. Ellos son americanos en todo sentido de la palabra. Por el bien de ellos, María decidió quedarse en Estados Unidos y albergar la esperanza que las cosas mejoren. Cada cinco años, la Ley Agrícola (Farm Bill) trata un conjunto de temas amplios de política de nutrición y agricultura. Apoyo a precios del producto, créditos agrícolas, comercio, conservación agrícola, investigación, desarrollo rural, energía, programas alimenticios domésticos e internacionales, son solo algunos de los temas incluidos en el Food, Conservation, y Energy Act del 2008, título de la ultima legislación de esta ley.
La Ley Agrícola es también conocida por la amplia gama de grupos de interés que trabajan en el proyecto de ley, incluyendo organizaciones estatales, grupos agrícolas a nivel nacional, asociaciones de productos, los que abogan por la conservación, organizaciones de desarrollo rural y grupos de fe. Sin embargo, aun con la gama amplia de temas de política y sus actores, el Farm Bill se destaca por un tema que los legisladores y los que abogan por el proyecto de ley no tocan: La gente que trabaja en las fincas. La gente como María.
Un gran porcentaje (67%) de la Ley Agrícola de 2008 habla de los programas de nutrición. Este es un proyecto de 189,000 millones de dólares sobre cinco años. Este también incorporó apoyo para los agricultores, quien en el 2010 devengaba un ingreso promedio por familia de 84,440 dólares.
Pero, para los aproximadamente 1.1 millones de trabajadores en Estados Unidos contratados para trabajar en la agricultura que ganan un promedio de ingreso familiar de entre 17,500 y 19,999 dólares, esta ley no dice nada. El Departamento de Agricultura llama a los trabajadores contratados en la agricultura “el grupo laboral de mayor desventaja económica del país”. Un 23% de dichos trabajadores viven en la pobreza, sin embargo, nuestro principal vehículo legislativo que formula la política nacional agrícola los ignora totalmente.
Eso se debe a quiénes son estos trabajadores y de dónde vienen.
Además de ser pobres, los trabajadores agrícolas en Estados Unidos son en su gran mayoría del extranjero. Un 71% de todos los trabajadores agrícolas son inmigrantes -y más importante por razones legislativas y políticas- casi la mitad de todos los trabajadores agrícolas son indocumentados.
Esto hace que el tema de la mano de obra agrícola -el que podría ser visto como simplemente otra pieza más de la política agrícola de Estados Unidos- sea extremadamente contencioso.
Esto no es decir que el Congreso no discuta los temas sobre los trabajadores agrícolas. Pero es tan probable que se discutan en el comité judicial, más enfocado en asuntos de ley y orden, que en el comité agrícola, donde los temas de la economía rural y los sistemas alimenticios son típicamente discutidos y decididos. Se han hecho intentos de integrar los asuntos de los trabajadores agrícolas a la Ley Agrícola por políticos tales como la senadora Diane Feinstein. Pero la idea fue resistida fuertemente por demócratas y republicanos importantes, y no prosiguió adelante. A pesar de lo contencioso de la reforma inmigratoria, los trabajadores agrícolas pueden ser el punto de partida para un enfoque incremental al cambio en la inmigración.
En febrero Elton Gallegly dijo que “la experiencia real nos ha mostrado que simplemente no existen suficientes americanos dispuestos a trabajar como mano de obra agrícola migratoria”. El secretario de Agricultura Tom Vilsack -un exgobernador de un estado agrícola- también ha llamado por una reforma migratoria que asegure que los cultivadores no enfrenten escasez de trabajadores. Pero sin el esfuerzo de los grupos de interés de la Ley Agrícola, será difícil integrar los temas que aquejan a los trabajadores. Hasta el momento, no existen señales públicas de que esto está ocurriendo.