Graduado va camino al éxito en MIT

El hijo de inmigrantes va en pos de la carrera de ingeniería

La clave para Hugo Malpica  ha sido "nunca darse por vencido" y seguir el consejo de sus padres.

La clave para Hugo Malpica ha sido "nunca darse por vencido" y seguir el consejo de sus padres. Crédito: J. Emilio Flores / La Opinion

Malpica prueba que todo aquel que se empeña puede lograr su objetivo.

Hugo Malpica escuchó alguna vez de su entrenador de fútbol que “la suerte no está simplemente ahí, sino que uno se la hace con esfuerzo”. Y eso es precisamente lo que este estudiante, de la preparatoria chárter Wallis Annenberg, tuvo en mente al no confiar su destino a la suerte, sino al trabajo arduo que hoy le ha permitido conseguir su admisión al prestigiado Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), al que solo las mentes más brillantes del país y del mundo – ganadores del premio Nóbel y jefes de Estado- logran su admisión.

En tan solo unas semanas, Malpica será uno de los pocos latinos en asistir a este instituto para estudiar ingeniería.

“Yo soy un estudiante de south central, ¿qué posibilidades tengo de que MIT me acepte?”, se preguntaba Malpica mientras contaba cada minuto para que dieran las 3:28 de la tarde en punto, justo en el momento que conocería el resultado de su solicitud. Entonces, recibió un correo electrónico que decía “felicidades ha sido aceptado a MIT, ¡no lo podía creer!” recordó el joven.

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Hijo de padres inmigrantes mexicanos, originarios de Cuautla, Morelos, Malpica se crió en Inglewood y el Este de Los Ángeles y actualmente en el Sur Centro de Los Ángeles. La clave para él ha sido “nunca darse por vencido” y seguir el consejo de sus padres.

“Mi papá me recordaba todo el tiempo que si no quería tener un trabajo en el que tuviera que quebrarme la espalda para ganarme un sueldo, la única alternativa era estudiar duro”, dijo el estudiante sobre su padre, quien es soldador.

“Es un trabajo muy duro, las veces que he ayudado a mi padre terminaba muerto”, recordó el joven.

El 23 de junio, Malpica viajará a Massachusetts para comenzar su primer año en MIT, un lugar al que él encuentra, “fascinante y con aprecio a lo diferente”.

El estudiante consiguió becas con las que pagará casi en su totalidad los 57,000 dólares al año que costarán sus estudios en MIT.

Pero el estudiante atribuye su sobresaliente desempeño en esta materia gracias a los maestros de Wallis Annenberg y en especial al apoyo de su maestro de cálculo Peter Oh.

“Sin la ayuda del señor Oh yo no hubiera llegado hasta este punto. Él es el tipo de maestro que se quedaba hasta las siete de la noche dándome asesoría. La mayoría de mis maestros aquí fueron muy dedicados. Toda la comunidad de esta escuela ha sido un gran apoyo para mi”, señaló Malpica.

“Es un gran orgullo haber ayudado a un estudiante como Hugo a lograr ser admitido en MIT. Es como si hubiera hecho una contribución a la comunidad latina porque se que él será un gran líder dentro de su comunidad”, dijo Oh de su estudiante.

Las jornadas de estudio no fueron sencillas, para Malpica sus días comenzaban a las seis de la mañana y terminaban a las dos de la madrugada o hasta que terminara sus tareas. “Mis padres nunca me dejaron darme por vencido. Mi familia es mi gran motivación”.

El apoyo escolar que impulsó las capacidades de Malpica están basadas en el modelo educativo que The Accelerated School (TAS), escuela a la que pertenece Wallis Annemberg, fomenta entre sus 1,500 estudiantes del grado K-12, así lo explica su fundador Jonathan Williams.

El estudiante aseguró que regresará al sur centro de Los Ángeles una vez que termine sus estudios en MIT. “Quiero regresar a brindar a otros estudiantes como yo las oportunidades que se me dieron a mi”, dijo convencido.

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