Cuidado, ancianos armados… con pitos

Más de 100 personas mayores de Aquinas Housing Corporation fueron de las primeras que se anotaron en la iniciativa de seguridad pública "Senior Citizens Whistle Blowers", mediante la cual la Junta Comunitaria 6, de El Bronx, provee de silbatos a ancianos vulnerables para que los soplen en momentos de peligro en sitios públicos.

Miguel Sepúlveda, Yolanda Negrón y Virginia Bird con sus silbatos de seguridad.

Miguel Sepúlveda, Yolanda Negrón y Virginia Bird con sus silbatos de seguridad. Crédito: Jose Acosta / EDLP

El Bronx – Cuando Virginia Bird era una niña, le gustaba soplar un pito y atormentar con el sonido a toda la familia.

“A mi hermano le regalaron un disfraz de policía que tenía un pito y a mí me gustaba sonarlo en toda la casa y mi abuela se volvía loca”, confesó Bird.

A sus 70 años, esta abuela puertorriqueña nunca imaginó que volvería a sonar un pito, pero ahora como medida de seguridad.

Bird y más de 100 personas mayores de Aquinas Housing Corporation fueron de las primeras que se anotaron en la iniciativa de seguridad pública “Senior Citizens Whistle Blowers”, mediante la cual la Junta Comunitaria 6, de El Bronx, provee de silbatos a ancianos vulnerables para que los soplen en momentos de peligro en sitios públicos.

Bird dijo que tiene motivos para participar en el programa. Hace dos años, cuando caminaba con su esposo frente al parque Vidalia, frente a su residencia en la calle 180, fue asaltada por dos adolescentes a punta de pistola.

“Eran cerca de las 9 a.m. y, pese a que el parque estaba lleno de gente, vinieron dos adolescentes y le arrancaron la cadena de oro a mi esposo y cuando él quiso reaccionar los jóvenes lo amenazaron con una pistola”, dijo Bird. “Si hubiésemos cargado el pito tal vez la gente que estaba cerca hubiera intervenido y no nos habrían asaltado”.

Miguel Sepúlveda, de 66 años, también lleva su pito al cuello, y aseguró que el programa “puede salvar vidas”.

Ivine Galarza, de la Junta Comunitaria 6, dijo que, además del silbato a los ancianos les dan seminarios sobre seguridad con el NYPD.

“El pito puede amedrentar al asaltante y hacerlo huir, lo que prevendría el crimen, o llamar la atención de la gente de que hay una persona que necesita ayuda”, explicó Galarza.

Agregó que la idea surgió luego que vecindario se viera afectado por tiroteos y crímenes contra envejecientes.

Yolanda Negrón, directora de servicios sociales de Aquinas, dijo que aunque se sabe que un pito no va a parar una bala, “para mí ayuda, porque si alguien suena un silbato alguien va a mirarlo, lo que podría prevenir actos de violencia contra los ancianos”.

Los organizadores del programa esperan que la iniciativa sea adoptada en toda la ciudad.

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