Niños buscan independencia tecnológica
Expertos les dan algunos consejos a los padres.
San Francisco – María José tiene 10 años y sueña con tener un teléfono celular, pues como cuenta su mamá Malena Scavino, “ella es la única de todo su salón que no tiene uno”. Y si bien durante el año escolar pasado ella y su esposo no cedieron a su petición, Malena cree que ya se acerca el momento de regalarle el teléfono a la hija, no exactamente porque ella así lo desee.
“Pronto irá a Middle School y empezará a salir sola con sus amigas, porque no toda la vida va a estar conmigo. Entonces, cuando le dé un teléfono, será básicamente por mi tranquilidad, no por la de ella”, comenta.
Este tema, recurrente en muchas familias con jóvenes preadolescentes, incluyendo a las hispanas, se ha transformado en una decisión difícil de tomar para algunos padres, principalmente por las múltiples funciones que estos aparatos poseen actualmente.
“Los padres deben estar conscientes de que los niños que tienen teléfonos pueden hacer mucho más que conversar. Ahora existen (a través de ellos) herramientas muy poderosas, que van desde enviar mensajes, hasta tener acceso a internet y a relacionarse con los demás en redes sociales”, opina Caroline Knorr, editora de Common Sense Media, organización dedicada a promover el buen uso de los medios de comunicación sociales entre jóvenes.
El problema, entonces, pasa por definir cuál es el momento ideal para proporcionarle un teléfono inteligente a un menor.
“Es difícil establecer una edad precisa”, comenta Caroline, y agrega que la decisión debe tomarse pensando en factores como la seguridad familiar y el nivel de madurez del niño.
“Si su hijo es independiente, maduro y necesita un equipo móvil por razones sociales o de seguridad, puede que haya llegado el momento de comprarle un teléfono”, indica.
Sin embargo, aclara que apenas se les entregue el aparato, los chicos deben comprometerse a cumplir con una serie de reglas. “Es importante que los padres establezcan líneas claras acerca de lo que los niños pueden y no pueden hacer con su celular”.
Estos límites ya los ha establecido Malena con su hija María José, incluso antes de hacerle entrega de su propio equipo. “Ella sabe que hay dos condiciones para cuando tenga su celular. La primera es que yo lo puedo revisar cuando estime conveniente, y la segunda es que debe contestar siempre que yo la llame. El día que no me responda, sabe que ese día se queda sin teléfono”, enfatiza Malena.
Tener un perfil en Facebook es otra de las peticiones que los jovencitos les están haciendo a sus padres. Aunque esta red sólo permite el ingreso a los mayores de 13 años, resulta demasiado fácil alterar la fecha de nacimiento y unirse ilegalmente a ella.
“Los padres deben alertar a sus hijos sobre los costos y beneficios que tiene esta red social y enseñarles sobre los peligros de publicar cosas que puedan revelar demasiada información”, comenta Knorr.
Ahora, si su hijo ya tiene la edad requerida y posee una cuenta, hay ciertas recomendaciones que puede seguir, como convertirse en su amigo, aunque manteniendo una buena conducta. “Si usted se hace amigo de su hijo en Facebook, no llene su página con comentarios inadecuados y no sea tan amigo de los amigos de él, porque si no estará motivando a su hijo a crear una cuenta secreta para evitarlo a usted”.
Finalmente, la experta sugiere conversar en familia sobre las utilidades de estos sitios. “Las redes sociales pueden provocar ciertos inconvenientes, pero también es verdad que ayudan a que los chicos estén en contacto con sus conocidos, ya sea cerca o lejos. En vez de pelear por el uso de Facebook, los padres deberían trabajar con sus familias para navegar en este sitio de forma segura y aprovechar sus muchos beneficios”.