‘Hot Sur’, todo un grito de libertad
'Hot Sur' está dedicada a quienes arriesgan su vida al cruzar la frontera de EEUU y México.
MADRID, España.- Literatura de frontera, mestiza, “donde el choque brutal de culturas hace que se caiga el maquillaje y que la realidad muestre sus muchas caras”. Así es Hot Sur, la nueva y feroz novela de la escritora colombiana Laura Restrepo, un juego literario y un grito de libertad e irreverencia.
“Los muros que nos dividen son como cicatrices, el de Berlín, el de Palestina, el de Tijuana, y en torno a esas cicatrices se juega el destino humano. Esta novela quiere ubicarse justamente ahí, en ese punto de vértigo, y el verdadero protagonista es ese Sur que no permite que lo encajonen y lo encierren”, explica Laura Restrepo desde Nueva York, donde está pasando unos días.
Hot Sur, que publicará en octubre Planeta, ya que la escritora ha cambiado de sello editorial -antes estaba en Alfaguara-, es una novela muy actual, radical, feroz pero aventurera y divertida, como la vida de los que la juegan al límite y donde el límite está entre el fin del sueño americano y el inicio de otro que empieza, como precisa Laura Restrepo (Bogotá, 1950).
Una historia con una saga de tres mujeres latinas que van a Estados Unidos, donde la madre se parte el lomo por alcanzar un sueño que se desploma mientras las hijas luchan por escapar de la pesadilla.
“Me cansa horrores que el inmigrante indocumentado sea visto o como plaga o como drama humanitario. Son los dos extremos convencionales para abordar el asunto”, argumenta Restrepo.
“Yo quise explorar una tercera vía ajena al odio pero también a la compasión, una variante que vaya más allá de la famosa ‘tolerancia’, ese valor por excedencia del neoliberalismo que quiere decir ‘no te quiero, pero te tolero'”, dice la autora de El leopardo al sol,Delirio (premio Alfaguara) o La multitud errante.
Amor, violencia, misterio, un crimen, ritos pandilleros, mujeres que tienen que abandonar a sus hijos que casi siempre crían los abuelos o familiares porque ellas buscan una oportunidad al otro lado; cárcel, y mucho amor por la palabra, en ese cruce entre los sonidos cálidos y sensuales del español de América Latina y el pragmatismo del inglés, pueblan estas páginas.
Y, cómo no, la cultura y la escritura como lucha contra la pobreza. Hot Sur está plagada de citas de pensadores pero destaca la del alemán Walter Benjamin que dice que “la narrativa es el lenguaje del perdón”, una idea que vertebra todo el libro.
“Hay todo un juego literario dentro de la literatura, una y otra vez, como una matrioska rusa, historias encriptadas en escritos, cartas, documentos, porque -dice la autora- siempre he creído que la historia es la historia de cómo esa novela ha sido escrita”.
En la novela aparecen títulos de libros, revistas, cómics, de lo más variopinto, que los personajes van leyendo, porque tampoco se reconocen fronteras entre lo culto y lo popular. “Fiel a esa teoría, he intentado moverme en el filo entre el thriller y la novela clásica, entre el best seller y el worst seller, entre el inglés y el español”, explica Restrepo.
“Me he desquitado despotricando contra toda forma de autoridad y contra los sistemas autoritarios coercitivos, especialmente los que pasan por democráticos. Existe en los Estados Unidos un mapa underground, que probablemente los propios norteamericanos no conozcan, que es el escenario de ‘Hot Sur’, como una clínica clandestina en pleno Manhattan”, añade.
¿Cómo operan las hermandades latinas en las cárceles en Estados Unidos? ¿O dónde y cómo trabajan los emigrantes? Todo eso está en este libro, “un estallido de libertad, de irreverencia; de pitorreo ante la represión; de alegría colectiva y humor grueso, de fiera reivindicación de lo que los mexicanos llaman raza”, concluye la autora.
Profesora de Literatura en las universidades colombianas durante un tiempo, periodista durante décadas, activista política, exguerrillera del M-19 e integrante de la comisión negociadora entre el Gobierno colombiano y el M-19 en 1982, Laura Restrepo es hoy una de las escritoras en lengua española más traducida y reconocida.
Residente en México, la autora de Olor a rosas invisibles ha puesto toda su experiencia y su saber en este nuevo libro, en el que aúna su pericia literaria y su compromiso político y social.