Arraigan a policías mexicanos por ataque a diplomáticos de EEUU
Un juez ordenó que permanezcan detenidos 40 días por abuso de autoridad.
MÉXICO,D.F.- Los doce policías federales que dispararon en contra de un vehículo en el que viajaban dos diplomáticos estadounidenses y un marino mexicano fueron arraigados por la Procuraduría General de la República (PGR) en tanto investiga su probable participación en los delitos de homicidio en grado de tentativa, daño en propiedad ajena, lesiones, abuso de autoridad y uso indebido de la función pública.
Los uniformados fueron así impedidos para movilizarse en libertad durante 40 días porque el ministerio público tiene indicios de que los hechos ocurridos el pasado viernes en Tres Marías – en la región periférica del sur de la capital mexicana- pudieron ser premeditados, con alevosía y ventaja.
Permanecerán en el Centro Nacional de Arraigos de la Ciudad de México mientras la parte acusadora sustenta sus sospechas y la defensa busca deslindarlos.
Ayer una docena de familiares de los policías federales bloqueó la salida del centro policial en Cuernavaca –donde los presuntos implicados hacían sus declaraciones- e intentaron impedir su traslado a la Ciudad de México con pancartas y gritos de protesta.
Marisela Morales Ibáñez, titular de la PGR informó que “un juez especializado en cateos arraigos e intervenciones telefónicas” fue quien otorgó el arraigo; Marco Aurelio González, el abogado de algunos de los policías, dijo en entrevista televisiva el tipo de delitos imputados, pero señaló que sólo por el cargo de tentativa de homicidio no alcanzan la fianza.
El viernes pasado, la Secretaría de Seguridad Pública detalló en un comunicado que sus elementos se encontraban en “labores de persecución del delito” en el lugar de los hechos, pero aún no aclara si hubo confusión como sostienen declaraciones de los implicados divulgadas en medios locales que ligan la balacera con un secuestro.
Según estas versiones, los policías federales creyeron que los funcionarios estadounidenses eran malandrines que viajaban en una camioneta robada por una banda que secuestró previamente a un empleado del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Aparentemente la víctima fue privada de su libertad durante cinco horas, le quitaron un automóvil y alrededor de $1,000 y por eso se emitió una alerta en la Policía Federal.
Los ahora procesados tomaron nota y cuando vieron pasar una camioneta con vidrios polarizados y escoltada por otro coche sin placas en un camino de terracería presumieron lo peor y fueron tras los vehículos, pero éstos “no se detuvieron” hasta que los uniformados dispararon y rompieron un neumático.
Fabián Molino, conductor de la camioneta Land Cruiser con placas de la Secretaría de Relaciones Exteriores y los norteamericanos Jess Hoods Garner y Stan Dove Boss, de 62 y 44 años de edad, salvaron la vida con heridas leves por el blindaje de la camioneta.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos opinó tras una revisión de campo “que no había justificación” para el uso de la fuerza y pidió una investigación exhaustiva.
“Pudo ser una acción concertada”, sugirió el presidente del organismo, Raúl Plascencia.
La versión de la embajada de Estados Unidos en México, dijo que sus empleados “fueron emboscados por unos individuos” cuando se dirigían a un campo de entrenamiento que la Armada de México tiene en la carretera México- Cuernavaca, cerca del estado de Morelos, centro de disputa entre cárteles desde hace por lo menos una década y cuna de secuestradores de fama.
Sin embargo, la vocería en Washington confió en que las investigaciones de las autoridades mexicanas revelarán la versión real de los hechos.
Desde 2010, tres funcionarios estadounidenses perdieron la vida por agresiones directas relacionadas al crimen organizado; en la reciente agresión, los atacantes sí fueron identificados.