EE.UU. acelerará la transición de seguridad en Afganistán
Tras dos horas de reunión en la Casa Blanca, los mandatarios de EE.UU. y Afganistán acordaron -entre otros puntos- una aceleración en la transición de seguridad durante los próximos meses, clave para la paulatina reducción de las tropas en el país asiático.
Washington.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, anunció hoy que las tropas estadounidenses en Afganistán pasarán a un papel de apoyo esta primavera boreal, antes de lo previsto, tras hablar en Washington sobre el futuro de la misión con su homólogo afgano, Hamid Karzai.
En una reunión de más de dos horas en la Casa Blanca, Obama y Karzai conversaron sobre “la posibilidad de una presencia estadounidense más allá de 2014 que sea sostenible”, una idea que el líder afgano condicionó al respeto de la soberanía y el estadounidense a la inmunidad para las tropas aliadas.
La pregunta de cuántos soldados permanecerán en el país después de 2014, fecha acordada con la OTAN para el fin de la misión de combate, no se resolverá hasta los “próximos meses”, cuando Obama consultará con el Pentágono y la misión aliada en Afganistán para elaborar un “plan responsable”, aclaró el mandatario.
No obstante, Obama dio otro de los pasos acordados en la Cumbre de la OTAN en Chicago el pasado mayo: el de fijar una fecha para la nueva fase de la transición, que estaba prevista inicialmente para mediados de este año y que finalmente tendrá lugar en la primavera, que comienza en marzo.
“Debido al progreso que han hecho nuestras tropas, debido al progreso que han hecho las fuerzas de seguridad afganas y su capacidad de tomar el liderazgo, podemos cumplir nuestros objetivos y acelerarlos un poco”, dijo Obama en una conferencia de prensa conjunta tras su encuentro con el mandatario del país al que considera un importante aliado.
“A partir de esta primavera, nuestras tropas tendrán una misión diferente: formar, asesorar y apoyar a las fuerzas afganas”, indicó.
El cambio, calificado de “histórico” por Obama, no implica el fin de las tareas de combate de las fuerzas estadounidenses, que “seguirán luchando junto a las tropas afganas”, sino que éstas “habrán asumido el liderazgo, y nuestro trabajo será diferente”.
Karzai precisó que, a partir de esta primavera, las fuerzas estadounidenses “ya no estarán presentes en los pueblos afganos” y será responsabilidad de las fuerzas afganas “proporcionar la seguridad y la protección al pueblo afgano”.
La medida es un paso previo a la reducción de tropas estadounidenses prevista para los próximos años y que Obama prometió que se hará a un “ritmo estable”.
Estados Unidos tiene actualmente en el país unos 66,000 militares, lejos de los 100,000 que llegó a tener en mayo de 2011. El pasado septiembre regresaron 33,000 militares y el Pentágono está evaluando cómo ajustar el número restante en los próximos meses.
Algunos funcionarios de la Casa Blanca aconsejan mantener una cifra de tropas no superior a los 2,500 después de 2014 y el consejero adjunto de Seguridad Nacional, Ben Rhodes, reconoció esta semana que dejar “cero” soldados en el país “es una posibilidad”.
No obstante, el jefe de la misión de la OTAN en Afganistán, el general John Allen, aboga por mantener entre 6,000 y 15,000 militares una vez concluida formalmente la misión de combate en 2014, según medios estadounidenses.
Karzai recordó que cualquier presencia más allá de 2014 deberá contar con el visto bueno de Afganistán, mientras que Obama condicionó la permanencia en el país a que el Gobierno afgano garantice la inmunidad para las tropas estadounidenses.
“En mi opinión, no sería posible tener ningún tipo de presencia de tropas sin garantías de que habrá inmunidad para nuestros hombres y mujeres”, señaló el mandatario, que subrayó que “en ningún país del mundo” tienen “un acuerdo de seguridad sin inmunidad”.
Obama aseguró que la larga intervención militar en Afganistán ha logrado “su principal objetivo”: desmantelar e incapacitar a Al Qaeda y asegurar que no habrá otro ataque como el del 11 de septiembre de 2001.
Uno de los grandes asuntos pendientes del conflicto, el proceso de reconciliación en el país, estuvo también sobre la mesa en la reunión, donde Karzai accedió a una vieja idea respaldada por EE.UU., la de abrir una oficina talibán en Doha (Catar).
“Hemos acordado permitir la (apertura) de la oficina Talibán en Catar, en Doha, donde los talibanes entrarán en conversaciones directas con los representantes del Alto Consejo de Paz Afgano”, anunció Karzai, que aseguró que “buscará la ayuda de países regionales relevantes, incluido Pakistán”.