Cuidado con comidas y medicinas

Muchas veces, lo que se lleva a la boca y las medicinas que se toman no son una buena combinación.

La American Academy of Family Physicians advierte que los alimentos y las bebidas pueden afectar negativamente el funcionamiento de las medicinas de venta libre o recetadas. Para evitar interacciones negativas se recomienda que:

Lea con cuidado las etiquetas de los medicamentos y que le pregunte al farmacéutico si debe tomarlos con o sin alimento.

Siga las instrucciones del prospecto y de la etiqueta.

Tome los medicamentos con un vaso de agua, a no ser que su médico le indique lo contrario.

No vierta el medicamento sobre los alimentos, ni rompa o abra la cápsula (a no ser que su médico se lo indique).

Nunca tome los medicamentos junto con las vitaminas.

No disuelva un medicamento en una bebida caliente y que nunca tome medicamentos con alcohol.

Usted tiene miles de genes, pero la variación de uno en particular parece ser la que determina si es más o menos sensible al sabor de la grasa, afectando su riesgo de obesidad futura.

Eso es lo que determinó el equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en San Luis, después de estudiar a 21 personas obesas.

Las que portaban una variante del gene CD36 eran mucho más sensibles al sabor de la grasa, lo que significa un paso de avance en la comprensión de nuestra percepción de la grasa en la comida, su influencia en lo que ingerimos y la cantidad de ella que consumimos.

Este entendimiento, a su vez, puede ayudar a comprender los mecanismos, a veces inconscientes, que conducen al sobrepeso y a la obesidad.

Pero como no podemos achacárselo todo a los genes, no está de más reducir la cantidad de grasa que consumimos a diario y sustituir la que ingerimos por las más beneficiosas, como el aceite de oliva, el de girasol o la que contienen alimentos como el aguacate (palta) o el maní( cacahuate).

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