‘Hansel & Gretel: Witch Hunters’: ¿el peor filme del año?
'Hansel & Gretel: Witch Hunters', con Jeremy Renner y Gemma Arterton, solo tiene a la actriz Famke Janssen ('Taken 2') como elemento redentor.
Estamos ya casi a finales de enero. Y, quizás, el mundo puede respirar tranquilo y sentirse afortunado porque es muy posible que la peor película de 2013 ya se haya estrenado y, a partir de este momento, el resto de filmes que lleguen a las pantallas no pueden ser peores.
Hansel & Gretel: Witch Hunters —que se presenta hoy en cines de todo el país y ha sido clasificada R, dada su violencia—, a falta de ver decenas de títulos futuros, tiene la posibilidad de alzarse con el galardón a la peor producción de 2013.
Habrá que esperar al resto de la década para saber si formará parte también de las peores cintas estrenadas entre 2011 y 2020, pero no me extrañaría que así fuera.
El cuento de los Hermanos Grimm, inspirado en un relato tradicional, poco tiene que ver con Hansel & Gretel: Witch Hunters, que agarra ambos personajes (Jeremy Renner y Gemma Arterton) y los enclava, ya mayores, en una batalla medieval entre ellos y una malvada bruja (Famke Janssen) que parece sabe mucho acerca de sus padres, que murieron cuando los hermanos eran solo unos niños.
El director y guionista Tommy Wirkola, de origen noruego, decide que lo mejor de cara a modernizar el cuento es dotar a los diálogos de expresiones contemporáneas; no diría yo que sigue lo que Quentin Tarantino ha hecho en sus recientes Inglourious Basterds o Django Unchained (simplemente porque aquel no tiene el talento del autor de Pulp Fiction), pero sí piensa que eso añade un componente moderno que hará al conjunto mucho más asequible a los espectadores jóvenes de hoy en día.
Además, tanto Jeremy Renner (The Avengers, The Bourne Legacy) como Gemma Arterton (Quantum of Solace), en las que probablemente sean las peores interpretaciones de sus respectivas carreras, deambulan por los parajes digitales (y visualmente bastante pobres de aspecto: siempre se muestra la misma calle del pueblo donde acontece la acción) sin el menor atisbo de química entre ellos.
Si, al menos, las secuencias de acción fueran interesantes, Hansel & Gretel: Witch Hunters lograría entretener a la audiencia. Pero no es así: las batallas son repetitivas, las explosiones de sangre y miembros humanos cansinas y los cara a cara entre buenos y malos, terminan resultando confusos y abrumadores (mención especial merece el alto volumen de sus efectos de sonido y música, como si ambos trataran de ocultar que, en realidad, nada interesante sucede y la única forma de animar la función es creando mucho ruido).
Como mínimo, el filme cuenta con villanos con cierta gracia: por un lado, Peter Stormare, en el papel de un sheriff local (este estrenó la semana pasada The Last Stand, donde también era el malo de la función); y, por otro, la siempre fascinante Famke Janssen (vista recientemente en Taken 2), cuyo poder de seducción y sentido del humor hacen que ella sea la única que se salve de la hoguera donde debería haber terminado todo lo relacionado con este largometraje.