Margarita la Diosa de la Cumbia se entrega con ritmo y pasión

Margarita transformó al Gibson en un templo de cumbia.

Un instante del concierto de Margarita la Diosa de la Cumbia el sábado en el Gibson Amphitheater.

Un instante del concierto de Margarita la Diosa de la Cumbia el sábado en el Gibson Amphitheater. Crédito: J.C. Olivera

Finalmente Margarita la Diosa de la Cumbia se presentó el sábado en el anfiteatro Gibson de LA, otro logro en sus 30 años de carrera.

La complicidad de la Diosa y miles de fanáticos transformó al Gibson en un templo de la cumbia la noche del sábado.

La bandera de su natal Colombia adornaba la pantalla gigante del escenario cuando Margarita salió para empezar con la interpretación de La pollera colorá, una canción emblemática del país sudamericano. El acto era una firme declaración del orgullo colombiano por haberle regalado al mundo el contagioso ritmo de la cumbia y, durante el concierto, el amarillo, el azul y el rojo se turnaron patrióticamente en las luces del recinto y en el vestuario de la cantante de Barranquilla.

Mas este no fue un típico concierto de cumbia. También fue carnaval. Literalmente.

Además de la gran banda de músicos que la acompañaba, Margarita se trajo a todo un grupo de bailarines cuya coreografía incluyó canciones tradicionales de Colombia y hasta un mini-desfile carnavalero.

Su reportorio mezcló sus grandes éxitos con la Sonora Dinamita como Capullo y sorullo, La cortina, Oye y Que nadie sepa mi sufrir con temas con que han trascendido por cuenta propia y que han demostrado que la Diosa de la Cumbia no tiene miedo a explorar nuevos territorios, como El bombón salpicado de reggaetón y la moderna Colegiala. Tampoco faltaron los boleros ni el vallenato, otro orgullo colombiano, ni la versión cumbiera de Corazón partío de Alejandro Sanz.

También, como no era de sorprender, hubo un tributo a la Sonora Dinamita, interpretando los más grandes éxitos de la agrupación antes y después de Margarita, incluidos Escándalo y el atrevido Mi cu-cu.

De hecho a veces era difícil recordar que vocalista femenina cantaba en la versión original de Sonora, a tal grado que para algunos en el publico Margarita es inseparable de la más famosa banda colombiana de la cumbia.

“Este concierto es un escandalazo”, dijo juguetonamente Graciela Vásquez, de Guatemala. “Esta fabulosi-si-sí-simo”. Era la primera vez que veía a Margarita en concierto.

“Mi tema predilecto es Amor de mis amores”, dijo Javier García, de México.

Por su parte, Cliclerio Hernández no podía decidir cuáles cumbias de Margarita eran sus favoritas. “Me gustan todas”, dijo el oriundo de la ciudad mexicana de Guanajuato, quien asistió al concierto con su esposa María y sus dos nietos, Damián y Dorián Murillo.

“Nosotros crecimos escuchando la cumbia con mi abuelo”, aseguró Dorián, de 23 años.

La pasión por la cumbia y la admiración por Margarita le dieron fuerza a Blandina Juárez para llegar al concierto en una silla de ruedas. Aun en recuperación de una reciente cirugía de una pierna, asistió al concierto con su esposo.

“Si hubiera podido, me hubiera levantado a bailar”, afirmó sonriente, explicando que casi lo hizo cuando Margarita interpretó La vida es un carnaval de Celia Cruz.

Para el marido de Juárez, el concierto fue como el cierre de un ciclo personal muy significativo.

Él es un músico originario del estado mexicano de Puebla y le tocó alternar en los escenarios con Margarita en México hace unas dos décadas.

“Este concierto del Gibson estuvo muy bueno, muy bien orquestado”, dijo Javier García, quien había dicho que le fascinaba Amor de mis amores.

La Diosa de la Cumbia también le dio a su espectáculo un toque familiar. En medio del concierto presentó a su hijo Jonathan, de 22 años, quien la acompaña como vocalista y en coros y también baila. Margarita dijo que su hijo creció en la farándula desde que era un bebé y que ahora deseaba ganarse la vida en los escenarios como su madre.

Antes de permitirle cantar una melodía solo, le dio un consejo: “El público no se regala, el público se gana”.

Eso lo sabe la Diosa de la música tropical. A ella le llevó más de 30 años para arribar al anfiteatro Gibson, en donde han desfilado leyendas musicales de todos los géneros y los artistas más famosos del planeta.

Y al ritmo de cumbia, su público le constató que, en efecto, la adoraban.

En esta nota

#LosÁngeles concierto crítica
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain