Preparan batalla mejor ‘coordinada’
'Tropas' proreforma corrigen errores del pasado y cabildearán con un frente unido
Si bien quienes tienen en su poder aprobar o no una reforma migratoria son los senadores y representantes del Congreso Federal en Washington, hay grupos cuyo poder no puede subestimarse y de los cuales dependerá en gran medida el éxito de cualquier proyecto de ley que llegue eventualmente al escritorio del Presidente.
En 2007, la última vez que se votó una propuesta de reforma bipartidista al sistema de inmigración, la derrota vino de la mano de pequeños grupos intensamente organizados de activistas y organizaciones antiinmigrantes que se enfocaron en unos cuantos congresistas y senadores, utilizando llamadas, faxes, emails y el sistema telefónico del Congreso para impedir “la amnistía”, que es como ellos llamaron a la reforma.
Numbers USA, FAIR y CIS, todos grupos cabilderos antiinmigrantes que también originaron el famoso concepto de autodeportación, junto a la radio hablada conservadora, “encendieron la central telefónica del congreso durante semanas” mientras se discutía el proyecto de ley, exigiendo que los legisladores se opusieran, según dijo después el Senador Mitch McConnell, de Kentucky.
Los grupos proinmigrantes no tuvieron la misma organización ni unidad que los grupos antiinmigrantes, y el contexto político era otro, pero todo indica que este año 2013 la situación es muy diferente, sobre todo en relación a las “tropas” proreforma, preparadas desde hace meses, quizá años, a dar una batalla coordinada y donde a pesar de haber diferencias, estas se están dejando de lado a favor de una prioridad única: una reforma que legalice a 11 millones de indocumentados y cambie el sistema migratorio para que funcione con la economía del país.
Por ejemplo, una coalición de procuradores estatales y policías está trabajando con cámaras de comercio y grupos evangélicos del sur en una coalición sin precedentes, para enfocarse en legisladores republicanos individuales, los más moderados, y proporcionarles “un frente” para apoyar la reforma.
“No vamos a dedicarle mucho tiempo a los Lamar Smith o Steve Kings del mundo (congresistas radicales antiinmigrantes)”, apuntó Ali Noorani, director ejecutivo del National Immigration Forum, el grupo que coordina la coalición de grupos conservadores.
Las iglesias evangélicas latinas ya tienen años apoyando al reforma, pero nunca antes los grupos evangélicos blancos más grandes, como la Convención Bautista del Sur o las Asambleas de Dios, habían apoyado o jugado un papel tan activo en el impulso de la reforma. Sus líderes, que ya tienen semanas reuniéndose con legisladores, principalmente republicanos, hablan de una imperativa “moral” al respecto.
“Para nosotros la reforma es un tema moral y humanitario”, dijo el Dr Barrett Duke, de la Convención Bautista del Sur en una reciente rueda de prensa con otros grupos en apoyo a la reforma.
Pero hay razones más pragmáticas para estos grupos: la creciente membresía inmigrante, en gran medida indocumentada, que tienen sus filas.
“Las asambleas de Dios, un grupo que es el segundo en tamaño a los bautistas, ahora están apoyando abiertamente la reforma”, dijo Ricardo Moreno, de la organización Bread for the World y analista de temas políticos y religiosos. Según observadores, muchos de estos legisladores republicanos temen que los ataquen en la primaria desde el flanco derecho en las próximas elecciones de 2014.
Otro grupo que tiene una estrategia ligada a los republicanos y conservadores es la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Aunque tradicionalmente más interesados en programas de trabajadores temporales, la cámara está apoyando una legalización amplia, junto a posturas más conservadoras como más seguridad fronteriza y aceptación del programa E-Verify en todo el país.
“Esperamos poder influenciar las propuestas legislativas pero también ampliar el apoyo republicano. Aunque mucho lo haremos en Washington, también estamos educando a los grupos locales y regionales para activar las redes de base y las cámaras locales”, indicó Randal Johnson, vicepresidente de la Cámara.
Las dos federaciones más grandes, AFL CIO y Change to Win (a la que pertenece SEIU), que tomaron diferentes posturas en relación a los proyectos de reforma en 2007, ahora tienen un “frente unificado”.
Es una lección aprendida a golpes, apuntó Eliseo Medina, Secretario-Tesorero de SEIU, el Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicio, un líder sindical que opina que este es el mejor momento que la reforma ha tenido an años
“La coalición de hoy en día es más amplia y hay un compromiso más grande de asegurar que esta vez no se nos vaya la reforma por celos individuales ni organizativos. La mayoría de grupos entiende que esta es nuestra oportunidad de oro”.