La avaricia envicia

El perjuicio de la crisis lo sufrieron los clientes del sistema financiero en vez de los bancos.

Muchas personas han perdido sus viviendas por problemas hipotecarios.

Muchas personas han perdido sus viviendas por problemas hipotecarios. Crédito: AP

Benoit al grano

Cada mañana me asomo al balcón de la que creí sería mi propiedad con la esperanza de que ese día, a los burócratas del banco donde tengo mi hipoteca en litigio, se les ablande el corazón. Sería un milagro de esos que ya no se ven, donde la compasión humana estuviese por encima de la codicia personal, pero soy consciente de que la generosidad no es una cualidad de los banqueros.

La propuesta de mi abogado es nivelar el valor de la vivienda al precio real del mercado y pagarle a la entidad financiera lo justo cada mes por 30 años.

Como yo, cientos de miles de personas sufren por la expectativa de una decisión de quedarse o no sin casa propia y peor aún, muchos ya la perdieron en ejecuciones hipotecarias, desde que comenzó la crisis inmobiliaria en 2006, cuando los bancos apostaron a un juego de alto riesgo, sobrevalorando las propiedades, lo cual formó la burbuja famosa que, irónicamente, reventó en sus manos egoístas sin perturbarlos. El perjuicio lo sufrieron los clientes del sistema financiero.

Leo sin resentimiento, solo con resignación, la noticia de los fraudes hipotecarios, en los que está implicado el Bank Of America, el mismo que no quiere negociar conmigo.

Observo desde el otro lado del charco, con asombro, cómo España imita el truco estadounidense, salvando con dinero público a los mezquinos banqueros, mientras miles de personas pierden sus viviendas y no las recuperarán. Lo hacen con el mismo chantaje que usaron en los Estados Unidos: si no los ayudan se derrumba la economía y el colapso será catastrófico. Aquí todo se desmoronó igual: las familias se quedaron sin casas; el desempleo creció; los sueldos siguen bajos y en ciertos casos les propusieron a los trabajadores rebajarles el salario.

Los bancos estadounidenses se han lucrado con préstamos de la Reserva Federal con enormes ganancias; recibieron una “manito” , de 700 mil millones de dólares y jamás transfirieron los beneficios a los clientes. Uno de los que ha tenido dividendos generosos, a pesar de la crisis, es el Bank Of America, mi banco. Sin embargo, en un reporte anual se quejó de “menores ganancias” comparadas con años anteriores.

Ellos no pierden. Cobran por transacciones no exitosas, retiros, consulta de saldos y por mandar extractos adicionales… la lista es larga. Por otra parte, con la tecnología de hoy ¿cómo es posible que se tarden días y hasta semanas para “canjear” un cheque o confirmar un depósito virtual a Latinoamérica?

Conversando con un banquero me dijo que ese es el negocio y a baja voz agregó: “este mundo es de los vivos”. Su teoría es que las grandes riquezas se han levantado a costilla de los bobos e ignorantes y todo se vale en el mundo empresarial y financiero con tal de ganar. Con ese pretexto desvergonzado funciona un sistema adicto a la avaricia.

No me importan los avaros. Es un problema de ética individual. Lo que enfurece es que se enriquezcan con plata de los necesitados.

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