Cacería en suspenso
Aunque todo indica que Dorner murió fuentes oficiales no lo han confirmado
La cacería humana más grande en la historia reciente del sur de California parece haber llegado a su fin con la muerte, no confirmada oficialmente, de Christopher Dorner, quien se cree perdió la vida en el interior de la cabaña en la que se atrincheró después de un enfrentamiento a tiros con agentes de la policía que dejó como saldo un muerto y un policía gravemente herido.
Aunque todos los indicios mostraban que el expolicía prófugo había muerto en la cabaña en llamas, el Departamento de Policía de Los Ángeles desmintió los rumores de que el cuerpo del fugitivo había sido encontrado entre los escombros carbonizados de la cabaña.
En rueda de prensa frente a las oficinas centrales del LAPD, Andrew Smith, vocero del departamento indicó que los oficiales no habían podido entrar todavía a la casa quemada, donde supuestamente se encontraba el cuerpo de Dorner, por el intenso calor del in cendio. El jefe de policía Charlie Beck indicó que seguiría la vigilancia de las 50 familias de oficiales de policía que habían sido amenazados en el manifiesto del sospechoso.
El jueves a las 12:22 p.m. el departamento del Sheriff de San Bernardino recibió un llamado reportando el robo de un vehículo por un individuo que coincidía con la descripción del fugitivo. Dorner supuestamente entró a la casa, ató a una pareja que se encontraba en el lugar, y robó una camioneta. Una de las personas logró desatarse y llamó a las autoridades. Los oficiales persiguieron al fugitivo por la autopista 38, donde se produjo un primer enfrentamiento a tiros. Dorner chocó el vehículo y se atrincheró en una cabaña de dos pisos, que fue rodeada por las autoridades. Un segundo tiroteo, entre los oficiales y Dorner cobró la vida de un oficial del Sheriff de San Bernardino que falleció en el Centro Médico Loma Linda University. Un segundo oficial permanecía seriamente herido.
En un momento, Dorner tiró una bomba de humo para tratar de escapar de la casa, pero no logró hacerlo y tuvo que volver a entrar.
Las autoridades oyeron un disparo dentro de la cabaña donde estaba el supuesto fugitivo, rompieron las ventanas de la casa y tiraron gas lacrimógeno, instando a Dorner a que se entregara. Un vehículo policial rompió las paredes de la cabaña. Fue entonces cuando los oficiales oyeron otro disparo que probablemente comenzó las llamas que quemaron el lugar.
“Gracias a Dios que terminó todo”, declaró el alcalde Villaraigosa alrededor de las 6:00 p.m. al salir de la oficina central del LAPD en el centro de Los Ángeles. El alcalde no quiso dar más detalles ya que el Sheriff de San Bernardino estaba a cargo de la cacería, pero dijo que había hablado con varios familiares de los oficiales cuyos nombres estaban en la lista de Dorner. El alcalde aprovechó la oportunidad para agradecer a todos aquellos que estaban participando en la cacería del expolicía.
La búsqueda en las montañas de Big Bear de los últimos días llegó a involucrar a más de 200 agentes que revisaron las cabañas una por una. La cacería de Dorner se extendió al condado de San Diego, Big Bear, Las Vegas e incluso Tijuana. Una recompensa de 1,100,000 dólares, la mayor suma en la historia local, resultó en miles de llamados al LAPD, ofreciendo pistas, que, en su mayoría, resultaron falsas.
A la búsqueda se sumaron el FBI, el Departamento de Aguaciles de EEUU y los departamentos de policía de Irvine, Torrance, el condado de Orange y Riverside, el Departamento del Sheriff de Los Ángeles y San Bernardino, equipos de Armas y Tácticas Especiales (SWAT), e incluso agentes fronterizos.
En un manifiesto publicado en la internet dos semanas atrás, Dorner acusaba al LAPD de haberlo despedido de manera injusta y amenazaba a decenas de oficiales de policía y a sus familiares. La amenaza comenzó el domingo pasado, en Irvine , donde fueron encontrados los cuerpos de Monica Quan y su prometido Keith Lawrence. Quan era la hija del capitán Randal Quan, abogado del fugitivo durante el proceso que terminó con su despido del LAPD, en 2009. El miércoles pasado, las autoridades relacionaron el doble homicidio con el manifiesto del expolicía y comenzaron la intensa búsqueda que continuaba ayer por la noche.
Dorner fue despedido del LAPD por acusar a Teresa Evans, la oficial que lo estaba entrenando, de patear en la cara y el hombro a un hombre con historia de problemas mentales. Un panel compuesto por dos capitanes del LAPD y un abogado que investigó el caso determinó que Dorner había inventado la historia y lo acusó de falso testimonio. Dorner luego presentó una demanda al LAPD por despido injustificado pero perdió el juicio.