Jade Zabric: La cantante de los trenes

Nueva York — Para deleitarse con la música de Jade Zabric lo único que se necesita es montarse a cualquiera de los trenes de la ciudad, y si corre con suerte, en algún momento la mexicana se subirá a su vagón.

Reconocerla es muy fácil, ya que generalmente anda armada con su guitarra, una cola de caballo y una inseparable amiga pelirroja de ojos verdes, quien también es su mánager y recoge las propinas que los pasajeros le van dejando.

Es más, si es generoso, hasta posiblemente la artista se siente con usted y le arme conversación, porque si hay algo cierto es que Jade Zabric disfruta enormemente de la interacción con los demás.

“Tocar en los trenes es realmente divertido, es mi trabajo y mi forma de hacer dinero. La gente es generosa conmigo, hay personas que sacan cámaras y me filman, y también hay otros que a veces salen del tren para darnos dinero”, dice la cantante.

Sin embargo, aunque toca la guitarra desde los 12 años (y la verdad no lo hace nada mal), Zabric sabe que la carrera musical es difícil, razón por la cual también se encuentra estudiando información de sistemas en la Universidad de Nueva York, de acuerdo a ella, para tener un plan de contingencia.

Actualmente también se encuentra grabando su primer álbum acústico del cual ya tiene hechas las primeras cinco canciones, pero ha decidido lanzar una campaña en el popular sitio de internet Kickstarter.com que le permita completar 10 en total.

Los temas serán totalmente compuestos por ella y han sido inspirados en la vida diaria y su relación con los demás.

Con respecto a género musical, la intérprete se enfoca en pop acústico, pero también reconoce que le gusta experimentar con todos los ritmos. “Cada vez que aprendo un género nuevo me gusta escribir sobre este de forma que lo pueda entender. He escrito canciones de pop, rock, R&B, country y latinas”, asegura.

Pero independientemente de lo interesante que pueda ser su vida, más increíble aun es escuchar sobre la historia de su apellido nada latino, el cual adquirió por su ex esposo y que decidió conservar por razones controversiales.

“Noté la diferencia que significó cambiar mi apellido de Aguilar. Repentinamente tenía más personas interesadas en mí. Profesionalmente cuando me cambié el apellido y estaba trabajando en servicio al cliente la gente me tratada diferente, es como si confiaran más en mí, pero también creo que el nuevo nombre suena muy bien”, concluye la artista.