En paños menores

El presidente Santos de Colombia ya tiene su foto para la posteridad

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Crédito: Archivo / EFE

Papeles

El presidente Juan Manuel Santos decidió compartir con los voyeristas de su Colombia inmortal su ropa íntima. Al posar en semejante facha para la posteridad, quedamos notificados de que usa calzoncillos de preso, matapasiones, de esos que parecen comprados en algún almacén del género “compre uno y lleve diez”.

No creo que la compra de los calzoncillos la haya hecho doña Tutina, la Primera Dama, una elegante mujer que jamás repite traje. De lejos se ve que esas ropa, la compró –¡o la prestó!- alguno de los guardaespaldas que monitorean al mandatario.

La idea de aparecer ligero de equipaje para subir puntos en las encuestas de opinión parece clonada de cualquier manual para jugar póquer. O béisbol. O de asesores en la sombra como como JJ Rendón, el venezolano que siempre anda de negro para no pasar de incógnito en la vida.

Días antes, Santos había sorprendido al país con la insólita propuesta de alargar el período presidencial de cuatro a seis años. Ante la desfavorable reacción, reculó en menos que se persigna un cura pedófilo. Digamos que la propuesta de prórroga se cayó por su propio peso. Menos mal no sucedió lo mismo con el calzoncillaje presidencial.

Sospecho que JMS decidió no quedarse atrás de su colega el presidente Obama, de Estados Unidos, quien por estos días hizo el oso anual ante los corresponsales de la prensa extranjera acreditados en la Casa Blanca.

Obama decidió reírse de todo el mundo, y como el mundo para un presidente made in USA empieza por él, inspiró un montaje en el que aparece con el peinado de su gigantesca mujer. Si hubiera querido ser más original, Santos ha debido posar en calzoncillos… con el corte de pelo de doña Tutina.

Como cada uno es cada uno y tiene sus cadaunadas, en vez de fiesta con reporteros y la farándula en Palacio, JMS prefirió dormir en una de las 100 mil viviendas gratuitas que espera entregar para apalancar la candidatura presidencial de su delfín número uno, el ministro de vivienda Vargas Lleras.

El delfín número dos es mintrabajo, Rafael Pardo. Vargas y Pardo dirán que no serán candidatos si su jefe decide aspirar a un segundo mandato.

Como la historia dizque se repite porque carece de imaginación, lo mismo dijo JMS cuando fue ungido delfín por Uribe, muchas de cuyas política cambió una vez se instaló como inquilino palaciego.

En cada país, todo presidente es libre de escoger la foto con la que pasará a la historia: Alfonso López Michelsen escogió a Lara, su mascota dálmata. En su foto para la posteridad, el presidente Turbay baila en Cúcuta, en la frontera con Venezuela.

Otro mandatario, César Gaviria Trujillo, es su sombra a través de las ventanas de Palacio cuando Pablo Escobar se voló de su jaula de oro, la cárcel que se hizo construir. Andrés Pastrana es él y la silla que dejó vacía “Tirofijo”, el ya fallecido comandante de las Farc que ahora negocia la paz con el gobierno en La Habana.

El anterior presidente, Álvaro Uribe, feroz crítico de su sucesor, es uno solo montado a caballo con una taza de café en la mano. El presidente Santos optó por los prosaicos calzoncillos para ingresar a la leyenda. Corresponderá a las féminas colombianas concluir si el presidente en paños menores clasifica para alguna fantasía sexual.

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