Futbol mexicano: El espectáculo ante todo
No cabe duda de que los torneos cortos se inventaron para dar espectáculo y es complicado ir en contra de este sistema de competencia porque, a final de cuentas, en un año se coronan dos campeones, las liguillas regularmente brindan partidos emotivos y los ocho calificados que se meten a la fiesta grande tienen prácticamente las mismas posibilidades de quedarse con el título.
El torneo regular en las recientes temporadas nos ha demostrado que los equipos están muy parejos, ya que casi siempre son solamente uno o dos equipos los que logran despuntar y tomar una ventaja cómoda en la tabla general.
Esta paridad termina siendo un factor importante en la etapa de las finales porque ser superlíder con el sistema actual ya no da grandes ventajas, especialmente con la implementación del gol de visitante.
Así, el esfuerzo de Tigres a lo largo del torneo de nada le sirvió y al Atlas tampoco. Pero aunque se me hace un poco injusto, la realidad es que en Liguilla no puedes depender de la posición que ganaste en la temporada regular.
En Liguilla si un equipo entra pensando que tiene una ventaja por su posición en la tabla general ya entra perdiendo la serie.
Directores técnicos como Ricardo ‘Tuca’ Ferretí de Tigres piden que se analice el sistema de competencia porque lo considera injusto para los equipos que mantienen una regularidad durante la temporada y tiene razón, lo es. Pero eso sí, es muy espectacular y mantiene a los aficionados pegados a sus televisores mirando las marcas de los patrocinadores.
Comprendo al ‘Tuca’ y tiene mucha razón, pero en esto de los torneos cortos ya no hay marcha atrás.
No se regresará más a los torneos largos porque si un día lo hacen estarían sentenciando al futbol mexicano a la mediocridad. Imagínese usted un torneo de 34 jornadas donde solamente dos equipos juegan a buen nivel y el resto de regular a mal, como suelen ser hoy los torneos durante la etapa regular.
No se equivoquen, los directivos siempre van a valorar más el espectáculo ante todo.