Republicanos divididos en inmigración

Impredecible el destino final del plan de reforma a votarse esta semana en el Senado

WASHINGTON, D. C. — Los republicanos del Senado están divididos sobre el proyecto de ley de inmigración que se encamina a toda marcha hacia su aprobación para finales de esta semana, una división que hace que el destino final de la legislación apoyada por la Casa Blanca sea impredecible en la Cámara de Representantes, y complica la capacidad del partido para ampliar su atractivo entre los votantes hispanos.

Los conservadores tienen la mayoría en la Cámara y en general se oponen a una disposición fundamental en la medida del Senado, un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes que viven sin autorización legal en EEUU.

Sin embargo, el representante republicano Paul Ryan, de Wisconsin, tiene un punto de vista diferente. Una votación en el Senado el lunes para endurecer la seguridad fronteriza con miles de nuevos agentes y miles de millones de dólares en tecnología “obviamente hace que la legislación final sea más probable”, dijo el candidato a la vicepresidencia del partido en los comicios de 2012.

Un prominente demócrata, el senador Chuck Schumer, de Nueva York, también dijo que el sentimiento en la Cámara puede cambiar, sobre todo gracias a la adición de fuertes medidas de seguridad fronteriza, que se produjeron tras negociaciones con republicanos que antes no se habían comprometido.

“Creo que un amplio voto bipartidista se despertará en nuestros colegas… en la Cámara”, dijo Schumer poco antes de que el Senado introdujera el requisito de 20 mil nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza y un total de más de 700 millas de valla en la frontera con México.

En el enfrentamiento clave en el Senado hasta el momento, 15 republicanos votaron a favor de avanzar en la norma que endurece la seguridad fronteriza, al mismo tiempo que crea una oportunidad de ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes que viven sin permiso legal en Estados Unidos

También surgió un patrón político. Entre los republicanos que buscan un nuevo mandato el próximo año, y como resultado enfrentan el riesgo de un desafiante en las primarias, sólo tres votaron con los partidarios de la medida. Ocho no lo hicieron, un grupo que incluye a los dos máximos dirigentes del partido en el Senado, Mitch McConnell de Kentucky y John Cornyn de Texas, así como Sessions, que ha sido uno de los principales opositores del proyecto de ley en las tres semanas de debate.

Mientras que los líderes del partido desde hace tiempo ven la legislación de inmigración como una forma de ampliar su atractivo entre los votantes hispanos, los miembros del Congreso tienen una perspectiva diferente.

“Es difícil discutir con las encuestas que han estado recibiendo desde el nivel nacional”, dijo recientemente el representante republicano por Texas Kenny Marchant, en referencia a los sondeos que muestran apoyo a la seguridad fronteriza, junto con la legalización.

Los candidatos presidenciales potenciales del partido también están divididos, probablemente un presagio de una lucha en la campaña por la nominación en el 2016. Dos de ellos, los senadores Rand Paul de Kentucky y Ted Cruz de Texas, se oponen a la norma.

El senador Marco Rubio, de Florida, miembro del Grupo de los Ocho, presentó varias disposiciones que imponen condiciones a los inmigrantes que solicitan el estatus legal, incluyendo el pago de multas, pagar impuestos pendientes y someterse a una verificación de antecedentes.

Una de las incógnitas es cuánto impacto tendrán Rubio y el resto de los republicanos en la Pandilla de los Ocho —los senadores Jeff Flake, John McCain y Lindsey Graham— entre los republicanos de la Cámara, cuyos votos determinarán el destino de la legislación para reformar el sistema de inmigración.

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