Entrevista

Emmerich vuelve a la Casa Blanca con su filme ‘White House Down’

Tras 'Independence Day', el director Roland Emmerich sigue obsesionado con la Casa Blanca. 'White House Down', la película que estrena en cines mañana, une en acción a Channing Tatum y Jamie Foxx

Channing Tatum  es la estrella de 'White House Down', que se estrena mañana.

Channing Tatum es la estrella de 'White House Down', que se estrena mañana. Crédito: Columbia Pictures

Roland Emmerich tiene un olfato especial para el éxito. Sus filmes, desde su debut, en 1984 con The Noah’s Ark Principle —que inauguró el Festival de Cine de Berlín—, hasta títulos como Universal Soldier (1992), Stargate (1994), Independence Day (1996), Godzilla (1998), The Patriot (2000), The Day After Tomorrow (2004) y 2012 (2009), lo han consolidado en el panteón de los realizadores más taquilleros de la historia.

De vez en cuando, sus filmes no logran la recepción comercial esperada (caso de 10,000 B.C. o Anonymous). Pero para el cineasta alemán de 57 años lo importante siempre es el público. Y entretenerlo.

Ahora, apuesta una vez más por ello en White House Down, cinta de acción que sitúa a Channing Tatum (Magic Mike) en medio de un ataque terrorista en la Casa Blanca, residencia oficial de un presidente al que encarna Jamie Foxx (Ray).

La cinta se estrena mañana —la crítica será publicada en La Opinión el viernes online y el sábado en la edición impresa—.

Justo el mismo día en que Emmerich aprobó el último plano de efectos visuales en sus oficinas en Culver City —hace dos meses—, el realizador de Moon 44 recibía a La Vibra para ofrecer los detalles de su nuevo largometraje.

Casa Blanca y terroristas. ¿De dónde viene la idea?

Fue interesante: tuve un guión previo llamado One Nation, sobre un presidente que se niega a abandonar la Casa Blanca después de ser destituido. Era una película acerca de un golpe de estado. Una buena idea, pero no llegó a buen término. Luego [el estudio] Sony compró White House Down, que me ofrecieron. Tenía una buena historia y personajes, pero le faltaba lo que mi guión tenía: el elemento del golpe de estado. Eso lo añadimos.

Siempre se rodea de actores secundarios que son muy populares, como en este caso James Woods [Casino] o Richard Jenkins [Jack Reacher].

Es bueno [que el público] reconozca a esos actores. Son buenos actores que dicen sí a tu proyecto su tienes un buen guión.

Su cine es muy patriótico.

[Suspira] Siempre me critican [en Europa], aunque fui muy crítico de [Estados Unidos] en The Day After Tomorrow. En White House Down no hay otro remedio: el patriotismo debe estar ahí, porque se está defendiendo la Constitución del país, la democracia.

Channing Tatum parece haber creado un nuevo tipo de héroe.

Amy Pascal, que dirige Sony, es una gran fan de él. Y fue quien me lo recomendó. De hecho, insistió. Porque para entender [su carisma] tienes que sentarte frente a él. Ha madurado, tiene un par de arrugas… y cuando hablas con él te das cuenta de lo inteligente que es. Es genuinamente encantador, incluso con los fans. Tras hablar con él llamé a Amy y le dije: “tengo una buena noticia y otra mala. La mala es que no voy a hacer esta película si no la protagoniza Channing”. Me recordó mucho a Will [Smith, con quien trabajó en Independence Day]. Son actores que tienen algo que no puedo describir.

Y luego tiene a Jamie Foxx…

Es increíble la química entre ambos. Se ve en la pantalla inmediatamente. Y lo vimos cuando rodamos su primera escena.

En una película como esta, ¿cómo puede marcar la diferencia con hechos reales que lidian con ataques terroristas?

El humor, el espectáculo, [la clasificación] PG-13, porque a mí no me gusta el cine sangriento… De hecho toda la sangre de los disparos es digital, porque así podemos controlar la cantidad… Es una batalla entre buenos y malos; en la realidad no es así, porque se trata simplemente de la maldad. Por eso a la gente le gusta ir al cine, porque les recuerda que hay gente buena, y que los buenos ganan a veces.

¿La Casa Blanca de la película es parecida a la real?

Es una réplica exacta. Menos la cocina, que la hemos hecho más grande y bonita, porque la de la Casa Blanca no me gusta nada. El resto es igual que la real.

Su cine no parece haber cambiado mucho desde que empezó. La referencia en el filme a Lawrence of Arabia es como una declaración de principios.

Las películas de hoy en día están editadas demasiado rápido y, a veces, no se toman a sus personajes demasiado en serio. A mí me gusta el cine clásico, soy bastante conservador en mi cine.

¿Cree que eso es debido a haber crecido en Europa?

No… quizás. No sé, simplemente es mi gusto personal. En la escuela de cine en Alemania era la oveja negra porque lo que a mí siempre me ha gustado es el cine de Hollywood, el inglés, y algunas películas italianas. Nunca me interesaron mucho las alemanas, a parte de [Ernst] Lubitsch [risas]. Para mí las películas tienen que tener algo muy específico para que me interesen. [Como] el sentido del humor, que trato inyectar cuanto más mejor. Eso es lo que me gusta: poder reducir la tensión a través del humor. Especialmente en este mundo, donde todo es tan tétrico…

Los estudios están obsesionados en los demográficos. Quién va al cine, su edad, su raza… ¿Es eso algo que lo preocupa?

Yo sólo pienso en hacer una buena película. No creo en hacer una película “internacional”. En 2012 funcionaba, porque se trataba de un evento mundial. Veremos qué pasa con White House Down, porque es una película muy americana. Pero también lo era Die Hard y fue un éxito internacional. A la gente no le preocupa: sólo quieren ver buenas películas.

Tengo la impresión que cineastas como usted no son apreciados por críticos y cinéfilos…

Cierto. ¿Sabes qué? Creo que la razón es porque no hice una película “artística” al principio. Siempre he hecho cine comercial. He bromeado con Bryan Singer [director de X-Men y X2: Men United] sobre eso. Siempre le digo: “tú sólo tienes buenas críticas por haber hecho Usual Suspects” [risas].

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