Los locos bajitos
Déjate llevar por el niño que fuiste, José Saramago
Papeles
Octubre acaba de decirnos adiós con la noche de los niños. “A petición del público” como dicen esos circos que nunca se van del todo, vuelvo con anécdotas de ellos:
“Ya no me gustan los cielos azules, los prefiero plomizos porque entonces no vuelan los drones”. (Zubair ur- Rehman, pakistaní, 13 años, ante el Congreso, en Washington, al denunciar bombardeos de aviones no tripulados de Estados Unidos que siguen matando civiles en su país).
Laura, 3 años, en la muerte de su abuelo: ¿Y en el cielo le dan comida? Quiero ir a esa nube para tocarlo.
Mi hijo Carlos, 5 años, me ha preguntado si los actores que mueren en una película cobran más. También quiere saber si los policías hacen ¡controles de melancolía!
Mami, piensa un número. “¡Siete!”. Mami, dije “¡piensa!”.
¿Mamá, dónde queda el coito? (Carolina, 5 años).
También preguntó si el Niño Dios mudaba los dientes como ella.
Del padre a su hijo Camilo: Es hora de hablar de sexo. El hijo contesta: ¿Qué quieres saber sobre sexo, papá?
Mi hijo de 6 años se negaba a ir a una primera comunión alegando que él estaba muy grande para usar corbatín.
Mi nieto de 4 años me pidió que le cantara para dormirlo. Después de cantarle un poco me dijo: “Cállate, abuela, estoy ‘abulilo’ con tanta cantadera”.
Mamá: El domingo vamos a estar muy felices porque Jesús resucita
Alejo (4 años): ¿Es decir que los ángeles lo van a echar del cielo?
Déjate llevar por el niño que fuiste (José Saramago).
David, 6 años, amaneció bravo con Dios un día de invierno. Le pidió que saliera el sol para poder ir a jugar al parque con Vale, su hermanita. “Mami, Dios no me para bolas”, se lamentó David.
En pleno vuelo, a Jerónimo (4 años) miró por la ventanilla y viendo el ala del avión, preocupado dijo: “Mami, no veo que este avión mueva las alas”.
Mamá, déjame vivir que se me acaba la infancia. (Paula, 8 años).
Cuenta un cura: “Celebraba yo la misa cuando un niño de 7 años oyó que dije: ‘Y está sentado a la diestra de Dios Padre’. De inmediato preguntó: ‘¿Y al Espíritu Santo no lo sentaron?”‘.
La madre le dice a Sofía, su hija de cinco años: “Estrégate bien con este trapito por detrás de las orejas y por todas partes, para que salgan las células muertas”. La niña le contesta: ” No, mi abuela dice que eso es mugre”
Mami, ya estoy aprendiendo a quedarme solo: por ejemplo, cuando estoy dormido. (Juan, 5 años).
Un alumno español de 10 años le pregunta a la maestra que les habla sobre el cuidado del “medio marino: Señora Beatriz Ayala: ¿El pis que usted se hace cuando se baña en el mar se puede considerar como un residuo?
Mami, tengo dos noticias, una buena y otra mala. La mala es que en el colegio me dicen gay, y la buena es que me nombraron reina de belleza.
Era navidad y le habíamos regalado un corte de tela a la mamá de Sebastián, 6 años. Una tía le preguntó: ¿Qué le trajo el Niño Jesús a tu mamá? Respuesta: Un vestido sin hacer.