Extraditan a presunto asesino de esposa

Roberto Barreda de León (c), el prófugo buscado  por la desaparición de su esposa Cristina Siekavizza y del secuestro de sus dos hijos menores, es conducido por agentes del Departamento Especializado en Investigación a la llegada  a Guatemala.

Roberto Barreda de León (c), el prófugo buscado por la desaparición de su esposa Cristina Siekavizza y del secuestro de sus dos hijos menores, es conducido por agentes del Departamento Especializado en Investigación a la llegada a Guatemala. Crédito: efe

Guatemala/EFE — El guatemalteco Roberto Barreda, sospechoso de haber asesinado a su esposa, Cristina Siekavizza, que está desaparecida desde 2011, llegó ayer a su país deportado desde México, donde fue detenido el viernes.

Unas seis horas antes de la llegada de Barreda, escoltado por cuatro agentes policiales guatemaltecos, fueron repatriados sus dos hijos, que estaban con él en Mérida (México).

Nada más descender del avión, con casco y chaleco antibalas, fue notificado por la Policía Nacional Civil del motivo de su detención y llevado a los tribunales de justicia.

Barreda es, según el Ministerio Público, el principal sospechoso de la desaparición de su esposa, a la que se cree muerta, y está prófugo desde agosto de 2011.

Los dos hijos del matrimonio, Roberto José y María Mercedes, fueron repatriados desde Mérida en una aeronave del Gobierno de Guatemala, junto con sus abuelos maternos Juan Luis Siekavizza y Angelís Molina, quienes viajaron a México para acompañarlos.

Los menores fueron recibidos en el Hangar Presidencial por el jefe de Estado guatemalteco, Otto Pérez Molina.

La madre de los menores desapareció el 6 de julio del 2011 y las autoridades suponen que fue asesinada por su esposo, pero los restos no han sido localizados hasta ahora.

Personal del Ministerio de Gobernación y del MP de inmediato trasladaron al detenido a los tribunales para que responda por la acusación de asesinato y feminicidio.

Barreda argumentó que huyó para no perder la custodia de sus dos hijos, a quienes se llevó consigo y que ahora tienen nueve y seis años de edad.

Ante la pregunta de numerosos reporteros sobre el paradero de su esposa, contestó: “Sólo Dios sabe donde está”, y negó las acusaciones de que la asesinó y se deshizo del cadáver.

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