Amenaza de “viudas negras” se cierne sobre Sochi

Por más de un decenio, mujeres conocidas de esa forma han cometido muchos de los peores ataques terroristas en Rusia: han derribado aviones de pasajeros, detonado bombas en trenes y matado a personas en conciertos musicales.

Todo sigue según lo planeado en Rusia.

Todo sigue según lo planeado en Rusia. Crédito: AP

MOSCU.- La búsqueda de tres mujeres sospechosas de planear ataques terroristas durante las Olimpiadas de Invierno en Sochi el mes próximo ha puesto de relieve una de las más temidas amenazas en Rusia: las atacantes suicidas conocidas como “viudas negras“.

El término “viuda negra” se deriva de la creencia de que esas mujeres decidieron convertirse en atacantes suicidas para vengar a esposos o familiares varones muertos en la lucha de Rusia contra extremistas islámicos en el Cáucaso. Volantes de la policía que circulan en Sochi dicen que una de las mujeres sospechosas de planear ataques durante los juegos es la viuda de un extremista. Pero ha habido casos en los que los esposos de las atacantes estaban vivos en el momento de los ataques, y una atacante fallida dijo que la vergüenza y la falta de dinero la empujaron al terrorismo.

Uno de los incidentes iniciales en llamar la atención sobre las mujeres terroristas fue la toma de rehenes en el 2002 en un teatro en Moscú por extremistas chechenos, donde 19 de los 41 atacantes eran mujeres. La crisis acabó cuando fuerzas rusas lanzaron gas tóxico al interior del teatro, matando a todos los atacantes y al menos a 118 de los 850 rehenes. Un video de la policía mostró a algunas de las mujeres muertas en sus asientos con chalecos explosivos.

En 2003, dos mujeres hicieron estallar los explosivos que llevaban a la entrada de un concierto de rock al aire libre en Moscú, con un saldo de 14 muertos.

En la primera oleada de una serie de ataques en el 2004, dos aviones de pasajeros rusos fueron derribados con bombas la misma noche, matando a un total de 79 personas. Las autoridades dijeron que las dos atacantes eran mujeres, y que una de ellas tenía un hermano desaparecido en Chechenia.

Una semana después, una mujer detonó sus explosivos en las afueras de una estación del metro de Moscú, dejando 10 muertos. Reportes iniciales la identificaron como hermana de una de las atacantes de los aviones.

Pero las autoridades dijeron más tarde que la hermana era en lugar de ello una de dos mujeres del grupo que tomó 1,100 rehenes al día siguiente en una escuela en la ciudad de Beslán. Fuerzas rusas asaltaron la escuela y al menos 380 personas murieron.

En el 2010, dos explosiones en el metro de Moscú que mataron a unas 40 personas en un día fueron atribuidas a mujeres atacantes suicidas. En octubre, una mujer casada con extremista islámico mató a seis personas con una explosión en un autobús en la ciudad rusa de Volgogrado, apenas a unos centenares de kilómetros (millas) de Sochi. Su esposo murió en un choque con fuerzas rusas un mes después.

Apenas cinco días después del ataque al concierto de rock, una mujer chechena que planeaba un ataque en un café en Moscú se arrepintió y le dijo a guardias que llevaba explosivos. Un experto en explosivos murió cuando la bomba estalló mientras trataba de desactivarla. La mujer, Zarema Muzhajoyeva, le dijo más tarde a un diario ruso que se había vuelto terrorista luego que su esposo murió en una disputa de negocios y ella se robó joyas de sus abuelos y fue desdeñada por sus familiares.

Dos mujeres que planeaban detonar chalecos explosivos en la Plaza Roja la víspera de Año Nuevo en el 2010 no concretaron su ataque por un simple error. Las bombas debían estallar cuando su manejador les enviase mensajes de texto a los celulares conectados a los explosivos. Pero antes de eso, uno de los teléfonos recibió un mensaje publicitario, ocasionando la explosión de uno de los chalecos y matando a la mujer que lo llevaba. El líder del plan y la otra mujer fueron arrestados y sentenciados a prisión.

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