Los 7 pasos para sobrevivir a un jefe tóxico
No dejes que un supervisor difícil te arruine la autoestima y afecte tu carrera
Hay jefes y jefes.
Todas hemos tenido supervisores increíbles de quienes aprendimos montones y con quienes seguimos hablando después de dejar el trabajo y supervisores infernales que nos han hecho llorar, perder el sueño e incluso renunciar al empleo.
Desgraciadamente, hay jefes difíciles en todos los trabajos, y tienen control sobre nuestras necesidades básicas de proveer comida y un techo para nuestros hijos. Un supervisor injusto puede arruinar tu autoestima y hacerte odiar la carrera que tanto amabas, antes de que lo pusieran como tu jefe.
En su libro, El jefe no es tu amigo, Vijay Nair compara la relación con un supervisor con la de una aventura amorosa. “Hay un momento en el que crees que el sol brilla sobre tu jefe, pero tarde o temprano, esa fase pasa y terminas avergonzándote por haberle atribuido grandes cualidades a esta criatura babosa”, advierte el autor, que analiza con humor las corporaciones en India.
Nair describe distintos tipos de jefes tóxicos:
El supervisor inseguro: necesita a una camarilla de aliados que lo siguen a cada empleo, como si se tratase de un culto religioso.
El jefe trepador: se adjudica las buenas ideas de otros y culpa a sus empleados cada vez que se equivoca.
El workaholic: para este supervisor no existe la vida fuera de la oficina y pretende que trabajes a su par.
El jefe vago: no tiene idea de lo que está haciendo y espera que hagas tu trabajo y también el suyo.
El jefe mandón y arrogante: jamás se equivoca ni escucha a los demás.
2. Trata de conversar con tu supervisor en lugar de confrontarlo, porque esto sólo resultará en más conflicto. Pregúntale cómo puedes mejorar tu trabajo y trata de obtener una idea clara de qué es lo que espera de ti.
3. Ni pienses en tratar de cambiarlo. Los jefes infernales en general tienen una personalidad conflictiva dentro y fuera del trabajo. Nada de lo que hagas o digas hará que cambie.
4. Si tu jefe no es profesional no significa que tú no debas serlo. Tu supervisor no tiene que ser tu amigo, ni siquiera tiene que caerte bien. Haz tu trabajo lo mejor posible y compórtate de la manera profesional como quieres que tu jefe lo haga.
5. Documenta todo por escrito. Guarda correos electrónicos y otros documentos que podrías necesitar en caso de que continúen los conflictos.
6. Deja el trabajo en el trabajo. No mezcles tu vida profesional con tu vida personal.
7. Busca otro empleo. Si tu jefe ha decidido hacerte la vida imposible, tarde o temprano podrías perder tu trabajo. No esperes a que empeore la situación y busca algo desde ya.