Ocho claves para determinar si “El Chapo” es “extraditable”
México ha concedido 1,001 extradiciones a EEUU desde 2001 hasta finales de 2013.
Washington, D.C. – El gobierno de Estados Unidos aún no ha decidido si pedirá la extradición del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán ni cuándo, pero el Departamento de Justicia ofrece las claves para ayudar en ese proceso.
EEUU ya cumple con el primer requisito en la lista, porque mantiene en vigor un acuerdo de extradición con México desde 1980. México no extradita a criminales si éstos podrían afrontar la pena de muerte en EEUU.
Según esa lista, las autoridades de EEUU deben tomar en cuenta si el crimen cometido es una ofensa “extraditable” –el narcotráfico lo es–; si “El Chapo” ha sido acusado formalmente; detalles y cronograma de los delitos imputados; y la disponibilidad de pruebas y testigos para un eventual juicio.
También deben considerar toda documentación disponible que respalde los cargos, incluyendo cualquier traducción relevante.
Si Washington eventualmente la solicita y México la concede, el Departamento de Justicia tendrá que determinar en qué jurisdicción conviene más someter a juicio a “El Chapo”, requerido en al menos siete de éstas, incluyendo Nueva York, El Paso, San Diego y Chicago, por cargos relacionados con el narcotráfico.
Sin embargo, los observadores coinciden en que éste recurrirá a numerosos amparos en México para postergar su eventual extradición.
Según las autoridades mexicanas, México ha concedido 1001 extradiciones a EEUU desde 2001 hasta finales de 2013.
Pero de todos los narcos extraditados, “El Chapo” es la “joya de la corona” de la lucha antidrogas del gobierno mexicano, por liderar la que se considera la organización criminal más lucrativa y exitosa, según Michael S. Vigil, exagente de la DEA durante 31 años y que dirigió sus operaciones internacionales.
Entre los otros “peces gordos” extraditados a EEUU figuran Benjamin Arellano Félix, sentenciado a 25 años de prisión en 2012, pese a que peleó su extradición durante casi una década; un socio de éste, Jesús Labra Avilés, extraditado en 2008 y sentenciado a 40 años de cárcel, y Juan García Abrego, excabecilla del cartel del Golfo, extraditado en 1996 y sentenciado a once cadenas perpetuas.
En noviembre del año pasado, México extraditó a Texas al narcotraficante Iván Velasquez-Caballero, alias “El Talibán” y, de ser declarado culpable, podría recibir la sentencia máxima de cadena perpetua y una multa de $4 millones por los cargos de droga, y hasta 20 años y una multa de $250,000 por conspirar para el lavado de dinero.
En 2012, Luis Rodríguez Olivera fue extraditado a Nueva York acusado del trasiego de más de 100 toneladas de cocaína a EEUU entre 1996 y 2008. Su hermano Esteban fue arrestado en 2008 y su hermano Miguel, murió en un tiroteo en 2011.
En 2010, Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada – cuyo nombre suena como sucesor de “El Chapo”- fue extraditado a Chicago, donde aguarda juicio.
Uno que no fue extraditado y que en su día generó copiosos titulares fue el médico mexicano Humberto Álvarez Machaín, acusado por su presunta complicidad en el secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena en 1985.
Alvarez Machaín fue secuestrado por “cazafortunas” y trasladado a EEUU, donde en 1992 un juez federal lo absolvió por falta de pruebas. El médico regresó a México y entabló y ganó una demanda al año siguiente contra EEUU.
Tras los elogios del fin de semana de diversas agencias federales en EEUU por la captura de “El Chapo” en Mazatlán, ni el Departamento de Justicia ni la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) han querido comentar el panorama que sopesa EEUU.