Piden paz en Domingo de Ramos

María Guillermo y su hija Amanda tras asistir a la misa de  Domingo de Ramos, con la que se da inicio a la Semana Santa.

María Guillermo y su hija Amanda tras asistir a la misa de Domingo de Ramos, con la que se da inicio a la Semana Santa. Crédito: <copyrite>edlp</copyrite><person>jose acosta< / person>

NUEVA YORK — Cargando hojas de palma, feligreses abarrotaron la iglesia de St. Nicholas de Tolentino de El Bronx en las ceremonias litúrgicas del Domingo de Ramos, en el primer día de la Semana Santa, y entre las peticiones figuraron la tranquilidad, la paz, la salud y la unidad entre los seres humanos.

Emerson Cevallos (40), quien llevó a sus hijos Edison (7) y Enderson (5), a la misa, dijo que dedica la Semana Santa “a guardarle esos días a Dios”.

“En mi hogar nos pasamos esos días en tranquilidad, vamos a misa, preparamos habichuelas con dulce, un plato tradicional en ésta época para los dominicanos, y no comemos carne el Miércoles de Ceniza ni el Viernes Santo”, dijo Cevallos. “Lo que pido es armonía y paz para mi familia y todo el mundo”, señaló.

La madre mexicana María Guillermo, quien llevó a misa a su hija Amanda (4), dijo que entre sus peticiones al Todopoderoso están la salud, “que nos cuide y nos dé mucho amor”.

“También le ruego que cuide a mi madre, Guillermina, que vive en Acapulco, y para mi país, México, pido que regrese la paz y la tranquilidad, ya que hoy día hay mucha delincuencia y drogas”, dijo Guillermo, indicando que en la Semana Mayor reduce su dieta a ensaladas y otros alimentos que no incluyen carne.

Sonia Ortega dijo que su abuela le enseñó a ir a la iglesia de niña y esa costumbre se la inculcó a su hija Escarlet (13), quien la acompañaba con un ramo de palma.

“Nosotros hacemos un retiro familiar, sin música ni bailes, sin comer carne, durante los días de Semana Santa, en memoria de Jesús”, dijo Ortega. “Lo que pido es paz y que pare la violencia en el mundo, y para mi familia pido unión, salud y tranquilidad”, señaló.

Según la liturgia católica, en el Domingo de Ramos se celebra la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de un borriquillo, preludio de su Pasión. Se hace una liturgia especial, realizando antes de la misa la bendición de los ramos (hechos con hojas de palma y ramas de olivo), usualmente en otro lugar distinto del templo, y leyendo el fragmento del Evangelio alusivo a la entrada de Jesús en Jerusalén. Luego tiene lugar una procesión hacia el templo, para evocar el entusiasmo con el que la gente recibió a Jesús. En este momento se entonan cantos triunfales a Cristo Rey.

El padre Joseph Girone dijo durante la homilía que los feligreses llegaron a la iglesia con un ramo en la mano, “pero Cristo, tras padecer la pasión, fue humillado y reducido a nada, porque lo entregó todo por nosotros”.

“Lo importante no es ocuparnos de lo que nos llevamos, sino de lo que vamos a entregar”, dijo el sacerdote.

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