Esposa celosa paga para que maten a mujeres en Dominicana

Uno de los sicarios confundió a una de las víctimas

SANTO DOMINGO – La Policía Nacional apresó a la esposa de un abogado y comerciante a la que acusa de pagar, motivada por los celos, a los sicarios que asesinaron a dos mujeres en esta capital, una de ellas por una confusión de los autores materiales de los crímenes.

El organismo identificó a la apresada como la también abogada Sanhys Dotel Ramírez, de 43 años, esposa de Julio Cepeda Ureña, de 64 años, quien también se encuentra bajo investigación.

Según las autoridades, Dotel Ramírez pagó 200 mil pesos ($4,651) a los sicarios para que mataran a Suleika Guzmán Flores, asesinada el pasado 28 de abril.

Luego de ser despedida, Suleika pasó a trabajar como secretaria en la embajada de México en Santo Domingo.

La Policía precisó que los dos confesos delincuentes, identificados como Amauris Soriano (Nevado) y Luis Abel Mariano Pérez (Luisito), se equivocaron de víctima y mataron a Natasha Teresa Sing Germán, el 7 de abril.

El móvil del crimen habría surgido luego que la señora Dotel Ramírez descubrió que su esposo Cepeda Ureña mantenía una relación sentimental con Suleika, quien trabajaba en el área de contabilidad de la compañía de Inversiones “Yamel”.

“Esta situación habría provocado que Suleika fuera despedida de ese trabajo, en agosto del año pasado, por órdenes de la señora Dotel Ramírez”, dijo la Policía.

Indicó que “por motivos de celos” Dotel Ramírez contactó a Francis Alexander Fermín González, quien a su vez solicitó “los servicios de sicariato (criminales)” a Jesús Manuel Mendoza Benítez (El Patrón), un deportado desde Martinica, en febrero de 2011, tras cumplir condena por homicidio.

La Policía precisó que, posteriormente, Mendoza Benítez hizo contacto con Jhonny Sención Gómez (El Pay y/o El Camionero), quien ubicó a los sicarios que cobraron 200 mil pesos por la víctima y otra cantidad similar cuando se le hizo saber que habían errado al matar a la víctima.

La Policía recordó que Soriano y Pérez, apresados en San Francisco de Macorís (nordeste) y el sector Mendoza, de Santo Domingo este, admitieron haber perpetrados ambos crímenes por encargo y que en el caso de Sing Germán “se trató de una equivocación”.

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