Brasil es mucho más que el Mundial
Si sueñas con visitar Brasil, deja que pase el Mundial y disfruta su magia sin tanto alboroto.
A pesar de la locura del Mundial que está por comenzar y de su fama como el país de la fiesta, la música y el carnaval, Brasil es uno de esos lugares que vale la pena disfrutar sin alboroto. ¿Por qué? Porque así podrás apreciar su historia marcada por la esclavitud, el sincretismo religioso, la dictadura, la democracia y el gozo.
En un país tan grande hay cientos de lugares por visitar y conocer, pero hablemos de dos de las sedes más famosas del Mundial que también son dos de las ciudades clave del país: Rio de Janeiro y Sao Paulo.
Al visitar Rio, dos cosas quedan clarísimas: qué guapos son los brasileños… y qué hermosas son las brasileñas. La famosa playa de Copacabana no es particularmente divina, sobre todo cuando ya has estado en El Caribe, pero es Copacabana, com’on!
El lugar que sí es particularmente mágico es el Corcovado, la estatua de 38 metros del Cristo Redentor. Independientemente de tu formación religiosa, esa figura enorme que parece abrazar la bahía es imponente y te pone en tu justa dimensión: como un pequeño ser humano.
Otra maravilla por la que vale la pena viajar un poco más es el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói, obra del famoso arquitecto Oscar Niemeyer. Niterói está como a una hora de Copacabana y la vista desde dentro del museo es inigualable: su diseño te hará sentir flotando sobre el mar.
Sao Paulo es una gran ciudad con todo lo que implica: tránsito, inseguridad, contaminación, ruido, pero vale la pena vivir su arquitectura, sus museos y sobre todo, su downtown. Con las precauciones que cualquier viajante debe tener en una gran ciudad, puedes pasear y disfrutar incluso sus caipirinhas. Una recomendación de un buen amigo paulista: habla poco si nao falas portugués y si tienes que preguntar algo, busca un policía.
Lo que no puedes dejar de hacer en Sao Paulo es visitar el Museo Afro en el Parque do Ibirapuera –un apasionante recorrido por la historia de esclavitud y negritud del país-, y comer un helado callejero de açai con los señores que pasean con sus carritos por el downtown.
Si tienes tiempo, dinero e interés en el sincretismo religioso, escápate a San Salvador Bahía, una hermosa ciudad donde convive la magia del sincretismo santero, orixá y católico. Ahí nació Caetano Veloso. Compra muchas fitas do Senhor do Bonfin: además de cumplir deseos son maravillosos y muy baratos souvenirs.
¡¡Brasil, dararadara darara!!