Djokovic derrota a Murray y buscará la final ante Nishikori
El serbio y Andy Murray brindaron dos sets de máximo nivel en los cuartos de final del US Open
El US Open ya tiene una de sus semifinales masculinas para el “súper sábado”: el número 1 del mundo, Novak Djokovic, enfrentará al sorprendente Kei Nishikori.
En el partido nocturno del miércoles, Djokovic derrotó a un inspirado Andy Murray que sólo dejó de plantar batalla cuando su espalda –operada hace casi un año– dijo basta. El serbio y el escocés brindaron dos sets soberbios al público que llenaba el estadio Arthur Ashe de Flushing Meadown.
El primer parcial fue de locura: arrancó con dos roturas de saque, vio a Djokovic restar para el 5-1 cuando parecía que no había partido, mostró a un Murray arrollador viniendo de atrás, hizo gritar al serbio con el puño en alto cuando logró mantener su saque para el 5-4 y terminó con un tie break descafeinado, sin pelea por parte de Murray, que se llevó el sembrado nº 1 por 7-1.
El segundo set entre los dos integrantes más jóvenes del Big Four (tras Roger Federer y Rafael Nadal) fue también memorable. Como en el primero, se rompió el servicio hasta cuatro veces. Murray hacía muchísimo daño con su derecha cruzada, plana, violentísima, que llegó a sacar de quicio a Djokovic que, tras perder su saque en el octavo juego para 4-4, agarró una bola y enrabietado la golpeó con su raqueta hacia el muro del fondo de la pista, chocando contra la placa que aloja el reloj, produciendo un fuerte ruido metálico.
“Él trabajó mucho su derecha cuando entrenó con Ivan (Lendl)”, comentó Djokovic. “Es un golpe que le ha dado dos Grand Slams y una medalla de oro olímpica”.
Este segundo parcial también se fue al tie break, que curiosamente se desarrolló exactamente igual que el primero: cuatro puntos seguidos para el que empezó sacando, 4-1 y 7-1 final. Pero esta vez con los nombres cambiados: Murray se llevó el desempate sin problemas y la noche se antojaba interminable.
Era exactamente la media noche y arrancaba un partido al mejor de tres sets que parecía igualado. Pero la realidad fue otra. Pese a defender su saque con brillantez en el segundo juego del tercer set, en el cuarto Murray no fue capaz de mantener su servicio. A partir de entonces el partido fue otro, con un Djokovic muy sólido que cometía muy pocos errores mientras se apagaba la estrella del escocés, visiblemente cansado ya en la recta final del set, que terminó 6-2.
“Peleé duro y jugué un buen tenis en el primer y segundo sets”, comentó Murray. “Pero me encontré fatigado y rígido hacia el final del tercer set”.
El cuarto set mostró a un voluntarioso Murray, que logró defender su servicio hasta cuatro veces pese a que parecía arrastrarse hasta la línea de saque entre punto y punto. Pero después del 4-4, Djokovic ganó el juego al saque y restó con 5-4 para cerrar el partido. Hasta ahí le llegó el coraje a Murray, que cedió un break para cerrar el 6-4 definitivo.
“A lo largo del partido él fue un poco más sólido que yo”, añadió el británico, que quitó importancia a las interrupciones del público con gritos cuando estaba sacando en el tramo final del choque.
“Cuando el partido se retrasa y es tan tarde, el público se toma un par de tragos y es normal que pase eso”, dijo.
En los otros cuartos de final de la jornada Kei Nishikori se convirtió en el primer japonés en alcanzar las semifinales de un torneo de Grand Slam desde Jiro Satoh en el Wimbledon de 1933.
Nishikori, en otro maratónico partido a cinco sets como el que había jugado dos días antes frente a Milos Raonic, superó esta vez al suizo Stan Wawrinka, sembrado nº 3 del torneo, por 3-6,7-5,7-6,6-7,6-4.
“Kei está jugando el mejor tenis de su vida. Es muy rápido. Es impresionante que haya ganado hoy ante Stan después de cinco sets ante Raonic”, comentó Djokovic de su próximo rival.
Djokovic y Nishikori jugarán el sábado una de las semifinales. La otra saldrá de los enfrentamientos del jueves entre el checo Tomas Berdych (sembrado nº 6) y el croata Marin Cilic; y entre el francés Gael Monfils y el segundo favorito, Roger Federer, que busca en Nueva York su título 18º de Grand Slam y así ampliar la distancia con su perseguidor, Rafael Nadal, que suma 14 “grandes”, en la carrera que ya disputan por ser el mejor tenista de la historia.