Sobredosis letal: Heroína impacta a latinos en Nueva York
Su bajo precio y la facilidad para conseguirla han causado un incremento de muertes
La ofensiva de las agencias federales por controlar la crisis de heroína en Nueva York no es ajena a los latinos. Las estadísticas más recientes del Departamento de Salud advierten el incremento de muertes por sobredosis no intencional entre los hispanos y apuntan a vecindarios de color.
La cifra de muertes por sobredosis de heroína el año pasado fue la más alta en una década. De 209 víctimas en 2010 el número se duplicó a 420 en 2013. La tasa entre los blancos se mantiene como la más alta, pero preocupa el incremento de muertes del más del doble (122%) entre latinos. La edad de las víctimas fluctúa entre los 35 y 54 años.
“Es una droga fácil de conseguir y bien barata”, contó Carlos (43), un exadicto por 12 años y criado en el Sur de El Bronx. “Se puede comprar una bolsita entre $5 y $10, pero es mejor si agarras un paquete grande por $80. Es como una tienda de descuento”.
Kati Cornell, portavoz de la Oficina Especializada en Narcóticos (SNP) de la ciudad, dijo que en Nueva York un kilogramo de heroína cuesta entre $50,000 y $75,000, pero el precio en el mercado callejero es mayor cuando se vende al por menor.
“Un kilogramo de heroína de alta pureza puede producir de 25,000 a 50,000 bolsas dependiendo de la cantidad de diluyente utilizado”, advirtió. “Por lo tanto es posible vender un kilogramo de heroína en las calles por un máximo de $500,000”.
Carlos, quien está logrando un mejor futuro gracias a Fortune Society, una organización dedicada a la reintegración de exconvictos, indicó que en la década de los ’80 la bolsa de heroína se vendía por $5, lo que equivale a unos $15 en la actualidad. “Es menos costosa que otras drogas, por eso las jeringas están de nuevo en las calles”, señaló.
El puertorriqueño comentó que su adicción inició en la pubertad consumiendo marihuana y luego cocaína. A los 14 años no sólo era adicto a la heroína, también la vendía alentado por las actividades delictivas de sus tíos y primos.
“Todos en mi familia vendían y consumían, no tenía más futuro que la droga”, sentenció. “En la adolescencia caí preso cuatro años, de eso han pasado más de dos décadas”.
Cornell reveló que en lo que va del año, la SNP confiscó más del doble de heroína que lo incautado en 25 años. “Hasta finales de septiembre habíamos decomisado más de 225 kilogramos o 500 libras”, indicó.
El precio de la heroína decreció, contrario al esfuerzo de las agencias federales por mantener a raya su tráfico, venta y consumo.
“Antes se vendía en las calles sin problema, ahora tienes que llamar a quien te la vende y recogerla en sitios como bodegas o delis. Todo es más callado por la Policía detrás”, dijo Carlos.
El Departamento de Salud advierte que El Bronx y Staten Island son los condados con el mayor número de muertes por sobredosis, pero Queens, que en 2011 y 2012 tenía la estadística más baja de la ciudad, enfrentó un aumento del doble pasando de 1.9 a 4.3 víctimas por cada 100,000 residentes en sólo tres años.
El Sur de El Bronx y Harlem son las zonas latinas bajo el ojo vigilante de las autoridades de salud. Los vecindarios de Hunts Point-Mott Haven encabezan la lista de áreas con más víctimas de sobredosis de heroína, seguidos por Highbridge-Morrisania, Fordham-Bronx Parkway, Crotona-Tremont y Pelham-Throgs Neck en el Condado de la Salsa, además de Central-East Harlem, en Manhattan. A este grupo se suman Rockaway en Queens y South Beach- Tottenville y Willowbrook en Staten Island, entre otras zonas de población mayormente blanca en los que la bolsa de heroína se vende hasta por $20.
La Administración para el Control de Drogas (DEA) destacó que en 2013 en Nueva York se realizaron 129 arrestos relacionados con el tráfico de heroína, pero no reveló cuántos corresponden a latinos.
La vocera de SNP dijo que muchas de las fábricas de heroína a gran escala, identificadas y desmanteladas, se encontraban en departamentos localizados en El Bronx y el vecindario latino de Washington Heights. “Últimamente los traficantes prefieren lugares menos visibles, como viviendas en barrios de clase media en Queens, Nueva Jersey y Westchester”, destacó. “Asumen que en áreas suburbanas hay menos probabilidad de ser robados por otros traficantes o sorprendidos por nuestros agentes”.
Recientemente autoridades han desmantelado fábricas de heroína operadas por hispanos, como la ubicada en 2910 de la Avenida Wallace, en Williamsbridge, El Bronx. El operativo en enero pasado condujo al arresto de Agustín Rivera alias ‘José Then’, la confiscación de 13 kilos de heroína y miles de bolsas etiquetadas con códigos como “NFL”, “government shutdown,” “iPhone” y “Olympics 2012”. “Estos códigos indican la astucia y sofisticación de las redes de distribución de heroína”, explica la fiscal especial de narcóticos, Bridget Brennan, en un comunicado de prensa.
En el edificio también se incautaron 18 molinos de café, bicarbonato de sodio y mascarillas. Los molinos de café se utilizan para cortar la heroína pura con un diluyente, como el bicarbonato de sodio. Las dosis individuales se empaquetan en bolsas pequeñas para su distribución al por menor.
Otro operativo en Tremont, El Bronx, realizado en junio implicó el arresto de Carmen García y Rosa Vázquez, y la confiscación de 4’750,000 de bolsas para empaquetar heroína, un kilogramo de heroína pura y $5,000 en efectivo. El operativo más reciente logró incautar 25 kilos de heroína con un valor de $12 millones en las calles y puso tras las rejas a nueve narcotraficantes. Los investigadores identificaron a los principales cabecillas como Dorian Cabrera, José de Jesús, David Sánchez y Jeen Blake.
Cabrera (42) era propietario de una franquicia de la compañía de camiones “Good Guys” y, según los fiscales, utilizaba los vehículos para transportar y recoger drogas en estados como California.
“La ciudad de Nueva York es la meta última de los traficantes de heroína”, explicó James Hunt, agente especial de la DEA. “Tiene todo lo que necesitan: Acceso a las autopistas a lo largo del Noreste, casas de seguridad para ocultar fácilmente las fábricas, rutas de transporte establecidas para la distribución y una población de consumidores dependientes de opiáceos”.
Carlos, exadicto y exvendedor de heroína, asegura que los cárteles mexicanos son los nuevos distribuidores de heroína.
“En El Bronx se escucha que la heroína mexicana es la más buena. Están bien fuerte”, dijo.
Cornell confirmó que la heroína que se consume en Nueva York proviene principalmente de México y América del Sur.
“Hemos detectado sólo pequeñas cantidades de heroína proveniente del sureste asiático”, dijo. “Una de las rutas de distribución principal es en la frontera de México y luego por camión comercial al interior de Estados Unidos. La heroína se oculta a menudo en cargamentos legales de alimentos”. Cornell explicó que los envíos también entran al país por barco y por avión de carga.
“Una ruta típica por mar va de Colombia, a través del Caribe y luego a Miami”, señaló. Los traficantes de heroína también envían paquetes a través del Servicio Postal y las empresas privadas, como FedEx y UPS”, señaló. “Mulas de drogas llevan la heroína a bordo de aviones comerciales, ya sea oculta en el equipaje o envuelta en látex que luego ingieren”.
Según la DEA, la heroína mexicana incautada en ciudades como Chicago puede tener hasta un 60% de pureza. Diluida tiene un 35% de pureza en comparación con el 4% en 1980. En la mayoría de casos procesados en Nueva York y Filadelfia, las investigaciones sugieren que la heroína proviene de cárteles mexicanos para su distribución en el Noreste, según la Fiscalía.
El Departamento de Justicia del país calcula que la producción de heroína mexicana aumentó seis veces de 2005 a 2009 y que 50% de esta droga en Estados Unidos proviene de México.
Las autoridades incautaron 2,162 kilos de heroína a lo largo de la frontera mexicana el año pasado, en comparación con 367 en 2007. Las investigaciones federales apuntan al Cártel de Sinaloa como el principal distribuidor de heroína en EEUU pese a que su líder, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, fue arrestado en febrero último
- Las autoridades creen que el difícil acceso a medicamentos como la oxicodona está incrementando la adicción a la heroína al ser ésta más barata y potente.
- El 80% de los adictos usó analgésicos como la oxicodona antes de sustituirla por la heroína.
- Para contrarrestar las muertes, cerca de 20,000 agentes del NYPD —más de la mitad de oficiales de la Uniformada— están siendo equipados con naloxona, un fármaco que ayuda a contrarrestar los efectos de la sobredosis.
- El grupo de personas de 15 a 34 años es el que registró mayor aumento en las sobredosis de heroína, aunque los de 35 a 54 años aún tienen la tasa más elevada.