Antonio Banderas: “Mi éxito con las mujeres es muy relativo”
El actor confesó su relación con las mujeres y aseguró que no puede dar consejos porque es un tema muy complicado
No es muy alto. Normal. Tiene 54 años y el pelo muy corto, al ras, como si no quisiera acostumbrarse a la melena canosa, casi blanca que debería ostentar si mantuviera el look de sus años mozos, ni a la tintura. Pantalones pinzados, chomba Lacoste y sweater atado a los hombros. Cuando se pone serio una arruga le cruza la frente. Cuando lanza una humorada sus ojos se ponen pícaros, como los del Zorro, El Mariachi o los del inefable Gato con Botas, el dibujito animado que parece haberle robado al actor, además de su rasposa voz de acento andaluz, todo su encantador carisma.
Antonio Banderas llegó a la Argentina el lunes a la madrugada para un intenso raid en la promoción de su perfume, King of Seduction. “Venimos a hacer negocios”, advierte él de antemano a los periodistas reunidos en el Four Seasons. “Hay formas y formas de hacer negocios. Nosotros elegimos hacerlo con una cierta moral y con una cierta ética”, aclara. Su campaña va de la mano de acciones de beneficencia, como su padrinazgo de la Casa Garraham en la Argentina, adonde estuvo de visita ayer por la mañana. No tendrá mucho tiempo para el relax en Buenos Aires. Fue recibido con una gran comida en la Embajada de España, en un convite al que también asistieron Los Pimpinela, Iñaki Urlezaga Valeria Mazza y Cecilia Roth. Por la tarde ofreció una masterclass ?”me resulta difícil llamarla así porque no me considero un maestro”, dijo-, con estudiantes de teatro y cine en la Usina del Arte. Este miércoles tiene previstos otros encuentros institucionales para la difusión de su marca, este jueves oficiará de anfitrión en una cena gala que se realizará en el Faena Arts Center con invitados exclusivos. Estará este fin de semana como invitado en la mesa de Mirtha Legrand, aunque tiene previsto partir el sábado. ¿Cómo lo hará? La magia de la televisión todo lo puede.
A la sombra de una barca / me quiero tumbar un día / y echarme todo a la espalda / y soñar con la alegría.
Antonio Banderas recitará subrayando su acento malagueño esta frase de un poeta coterráneo suyo, Manuel Alcántara, para reírse de sí mismo porque aunque anhele “tumbarse un día”, reconoce que en realidad va en contra de su naturaleza: “Nosotros los andaluces tenemos muy claras algunas cosas: la certeza absoluta de la muerte y la relatividad de todo lo demás. Me parece que tengo poco tiempo para hacer muchas cosas que me gustan. Mi estado natural es el cansancio. Me encuentro cómodo así“.
Su vida transcurre entre Málaga y Los Ángeles. En verdad, entre muchas ciudades más. Porque así lo exige su profesión. Uno de los países que más tiempo lo retuvo fue México, donde rodó siete películas y vivió en total tres años. El cariño especial que siente por esa nación lo hizo conmoverse mucho con la tragedia de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero, presuntamente asesinados por el narcotráfico, aunque no se encontraron sus restos ni hay rastros de ellos. “Tengo un mensaje de apoyo a aquellos que exigen respuesta a un hecho insólito y dramático como la desaparición de 43 personas como si se las hubiera llevado un platillo volante. Me parece increíble que en el siglo XXI puedan ocurrir esas cosas. He hecho 7 películas en México, he pasado tres años de mi vida ahí, quiero mucho a México. Cuando llegan noticias así es difícil opinar”, dice.
Se toma unos minutos para pensar antes de continuar, midiendo sus palabras: “La corrupción hace mucho daño. Mucho daño. Y cuando la corrupción ocupa drásticamente todos los niveles, es muy difícil combatir contra ello. Apoyo a la gente que exige que les digan qué ha pasado con esas personas, dónde los han metido”.
No es el único tema que le preocupa. Está minuciosamente informado de todo lo que ocurre, ávido lector de los diarios y portales de noticias, y aunque es cuidadoso a la hora de opinar, responde con comodidad todo tipo de preguntas. Bueno, casi. El humor siempre a mano le permitió salir airoso de la pregunta sobre su opinión acerca del gobierno argentino: “No me voy a meter en el barro al que me estás invitando“, contesta a la vez que lanza una mirada seductora y tajante. La política, sin embargo, siguió dando vueltas por su discurso. Habló acompañando los gestos con todo el cuerpo con una soltura que seguramente envidiaría el joven Antonio Banderas, aquel que en su veintena prefería que nadie le hiciera ninguna pregunta porque la timidez lo aturdía. Consultado por la sentencia de Ferguson, Misuri (Estados Unidos), donde se desataron violentas protestas luego de que un jurado declarara inocente a un policía que disparó a matar contra un joven afroamericano, dijo: “Es sospechosa la sentencia. Una comunidad como la afroamericana está muy golpeada y se enfadaron. Yo soy de la opinión que en la violencia se pierden las razones. No veo la violencia como una forma de protesta, lo siento, pero tirarse a la calle a romper cosas no me parece justo”.
Recientemente separado de su mujer de 18 años, la actriz Melanie Griffith, Banderas volvió a encontrar el amor en la holandesa Nicole Kimpel, bastante menor que él. El actor se rió nuevamente de sí mismo y las pasiones que despierta en la platea femenina: “Mi éxito con las mujeres es tan relativo como todo lo que he dicho. Lo único seguro es la muerte. Consejos, yo no puedo dar sobre el tema de las mujeres, es muy complicado, absolutamente etéreo, intocable, invisible y yo creo que ahí lo único que uno puede hacer es dejarse llevar por la intuición. Como dice mi amigo Joaquín Sabina: ‘Las mujeres no existen. Cuando uno les va a meter mano, desaparecen’”.
Consultado sobre si puede dar fe de lo costoso que es divorciarse en los Estados Unidos, Banderas encontró una salida fácil: “Te lo diré dentro de un par de semanas”.
Hace algunos meses trascendió que Antonio Banderas había sido elegido para encarnar al Papa Francisco, en la película Llámame Francisco, basada en el libro de la periodista de LA NACION, Evangelina Himitian, sobre la vida y obra de Jorge Bergoglio. El actor lo negó: “Escuché y leí en la prensa que querían que hiciera al Papa Francisco. Pero nadie se puso en contacto conmigo”. Sin embargo, demostró su admiración por el Sumo Pontífice nacido en la Argentina: “La actuación del Papa me parece excelente. La Iglesia debería haber tenido un papa como él anteriormente. No necesitamos tanto teólogos como gente que esté en la realidad de la calle. Dentro de una estructura tan complicada como la Iglesia católica creo que el Papa está dando pasos creo inteligentes y justos hacia la esencia de la religión católica que es mirar al prójimo”.
Como muchos grandes referentes del cine internacional -Juan José Campanella entre ellos-, Banderas reconoce que la industria cinematográfica está transitando tiempos de crisis y asegura que la creatividad hoy se encuentra en las series de televisión. Sí, ve ‘House of cards’, como casi todo el mundo y cuestiona con dureza el imparable fenómeno de las descargas por Internet: “Yo creo que el cine tal y como lo entendemos se está muriendo. Los Mercenarios 3 [una de sus últimas películas] sufrió 17 millones de descargas en Internet. No se legisla contra ello porque cualquier político que lo haga va a tener los votos en contra”.
“Que Angelina Jolie se ponga a dirigir me parece muy bien porque es una chica muy inteligente y muy lista. He tenido el placer de trabajar con ella. Tiene cartas para que le salga muy bien. Yo no dejaría la actuación, no, porque me gusta mucho, me lo sigo pasando muy bien. Tengo ilusiones, me interesa contar historias”.
Tal como contó, Banderas vio y ponderó ‘Relatos Salvajes’, y aprovechó para hablar de su relación con el cine argentino, relación que define como “carnal y de amistad”. “Tuve la suerte de trabajar con Héctor Alterio. He tenido contacto también con el teatro argentino. La primera vez que vine a Buenos Aires en el año 84 con la Compañía Nacional de España que en ese momento era liderada por Alfredo Alcón, que para mí ha sido un dios. Era un animal hecho para el teatro, una potencia enorme, aprendí muchísimo”.