Una reunión con disidentes en Cuba

Una vez más Ernesto Londoño, el editorialista de The New York Times, escribe de Cuba. Esta vez dice que el embargo impuesto por Estados Unidos hace más caro y difícil el viaje de los americanos a Cuba. Por supuesto, el gobierno cubano no tiene la culpa de nada.

Pero hoy no critico a Londoño. Al revés, le aplaudo por haberse reunido por dos horas con un grupo de personas dentro de la isla que están en contra del gobierno de los hermanos Castro.

Hasta ahora no he leído nada de Londoño sobre su reunión con la reconocida bloguera Yoani Sánchez y el equipo de 14ymedio, su periódico digital. Pero soy optimista y espero que lo haga.

Sánchez explica que Londoño dijo que no podía dar entrevistas sin permiso y que no había permitido que se le fotografiase. Pero, eso sí, oyó por dos horas lo que los miembros de 14ymedio le dijeron sobre la vida del cubano de a pie en la isla: Que los cambios eran cosméticos, que no había democracia o una prensa libre, y que los jóvenes se iban de Cuba – cada vez en mayor número – porque no veían futuro en su propio país.

Uno de los que habló fue Eliécer Ávila, el estudiante que en el 2008 le hiciera unas preguntas impertinentes a Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Entre otras, le preguntó:

¿Cuál es la razón por la que los cubanos tienen que trabajar varios días para ganar lo suficiente para comprarse un cepillo de dientes? ¿Por qué el acceso a internet está restringido y censurado? ¿Por qué los cubanos no pueden viajar libremente?

El grupo también trató de explicar por qué levantar el embargo no resolvería los problemas de los cubanos en la isla, porque de acuerdo a Sánchez, “los miedos son tantos y tan vastos que el cubano de hoy tiene el miedo en su genética.

“Incluso no sabe que tiene miedo, porque ha vivido tanto tiempo con él que no sabe que eso se llama ‘miedo’. Miedo a la delación, al informe, a no poder salir del país, a que le nieguen ascender a un mejor puesto laboral, a subir a un avión, a que un hijo no puede entrar a la universidad porque ‘la universidad es para los revolucionarios'”.

Miriam Celaya, una periodista independiente, señaló que el gobierno permitía a los extranjeros invertir en Cuba e importar lo que necesiten. Lo mismo no se les permite a los cubanos.

El grupo enfatizó que los cubanos quieren libertad de expresión, elecciones multipartidistas, y el fin a la represión.

Ahora lo único que nos falta es ver lo que Londoño va a escribir sobre esta reunión, o siquiera si lo hace

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