La verdad de Santa Claus
El debate sobre ocultarle a un niño la realidad de Santa Claus es polémico
Una vez, celebrando la Navidad en casa de mi hermana Liza, su hijita, al terminar de desenvolver su primer presente, observó a su madre y confundida preguntó: “¿Mami, tú eres Santa Claus?”
Mi hermana me vio con cara de: ¿Qué le digo? Yo tanteé a mi sobrinita: “¿Cariño, por qué preguntas?”, y ella dijo: “Es que Santa envolvió mis regalos con el mismo papel que mami decoró los de papi”.
Muchos padres han sido “víctimas” de esta situación y también se han cuestionado: ¿¡Qué digo!? El debate sobre ocultarle a un niño la realidad de Santa Claus es polémico. Muchos piensan que se debe esconder la verdad para no arruinar la fantasía de un niño, y estoy de acuerdo, sin embargo, si ellos preguntan no se les debe mentir.
Hay que considerar que ésta es la primera pregunta trascendental que tu hijo te planteará y si mientes diciéndole: “Santa Claus es real” y sus amiguitos le dicen: “Santa Claus no existe”, cuando averigüe la verdad, desconfiará de ti y creerá más en sus amigos que en sus padres.
Explícales que los papás colocan los regalos bajo el árbol, pero en el corazón de cada ser humano existe realmente ese hombre de barba blanca, gorro rojo, abdomen grande y carcajada reconfortante llamado Papá Noel.