Aprende a decir ¡no!
Mi madre siempre dice: “Mija, para que haya un bobo, tiene que haber un vivo”
Les confieso algo: una de las cosas más difíciles para míen la vida es decirle a alguien: NO.Hace unas semanas lo intenté, como parte de un experimento… y amigos míos, no saben lo bien que se sintió. Me sentí liberada, plena y orgullosa de haberlo hecho.
Para sobresalir en la vida, es muy importante ser amable, cooperar y de vez en cuando “dar el brazo a torcer”. Sin embargo, cuando la gente asume que siempre les dirás que sí, llega un punto en que no valoran lo mucho o lo poco que haces. Hasta sin preguntar te van diciendo lo que esperan de ti, porque saben que tarde o temprano, les dirás “bueno, si”.
Mi madre siempre dice: “Mija, para que haya un bobo, tiene que haber un vivo”. Y si, palabras sabias de mi bella madre. Para que alguien se pueda aprovechar de ti, tienes que dejarte. Si no lo permites, ¿adivina qué? No pasa nada, y el aprovechado no se salió con la suya.
He visto a más de una mujer caer en las manos del hombre equivocado simplemente por no decirle que NO a tiempo, por no hacerlo sentir mal, y por no quedar mal con él. He visto a más de una persona prestar su dinero sin tenerlo, sólo por el simple hecho de no poder decir que no. Y me he visto a mí misma llorar muchas veces, de coraje conmigo misma, al no haber dicho: “¿Sabes qué? Hoy no”. Algo tan sencillo, como: “si pudiera, con mucho gusto. Pero hoy, se me dificulta”.
Me acuerdo mucho de un amigo que tiene un gran corazón. Este hombre no es perfecto, pero es de esas personas que siempre le tiende una mano a sus compañeros, y créanme, la gente se aprovecha de sus buenas intenciones.
Hace unos meses, me enteré que le prestó dinero a uno de sus conocidos, este ‘susodicho’, no sólo nunca le pagó, sino que cuando ya mi amigo dejó de prestarle, decidió molestarse y le dejó de hablar. En Colombia le decimos “conchudos” y en otras partes del mundo se les dice “aprovechados”. Ahí va otra vez, ¡sí no se puede, pues diles que NO”.
¿Cuántas amistades o hasta relaciones familiares no conocen ustedes que se han terminado por dinero o por un simple detalle? – Cuentas claras, amistades duraderas, dirían por ahí.
Señores, historias como estas pasan con mucha frecuencia y la única persona que lo puede detener, somos nosotros mismos, diciendo la palabrita de dos letras “NO”. Esto no quiere decir que nos toque decirlo de una forma grosera, ni mucho menos. Decir NO representa en ocasiones, hacer valer nuestras opiniones, nuestro tiempo libre y nuestros valores.
En cuanto a mi experiencia diciendo NO, les confieso que fue emocionante. Mi amigo Manny siempre me dice: “Caro, saca colmillo”, y hasta hace poco entendí lo que significaba. Siempre le dije que no podía ser grosera con nadie, pero él no me pedía que le faltara el respeto a otra persona, porque él mismo no lo haría. Manny sólo me aconsejaba que sacara el colmillo, claro, sin morder a nadie.
Nunca es bueno llevar el NO por delante. Lo que sí es bueno, y funciona de maravilla, es saber que por lo menos tenemos la opción de decir que NO, si nos da la gana.
¿Les ha pasado algo parecido?
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