Asesinatos absurdos, por ofender y blasfemar
César Leo Marcus escribe sobre inmigración y otros temas de interés para la comunidad latina
La creencia en un dios, es decir la fe en un ser superior, está arraigada en la naturaleza humana desde el inicio de los siglos. Los primeros humanos atribuyeron a fuerzas divinas todo aquello que desconocían, sus dioses fueron el sol, el viento, el fuego, el agua, la tierra y algunos animales reales o imaginarios. Estos dioses tienen diversos nombres, a través de distintas civilizaciones, como Ra, Zeus, Júpiter, Jehová, Brahama, Allah, Jesús, Nüwa, Fuxi, Viracocha, Tezcatlipoca, Quetzalcóatl, Hun Ab Ku y varios otros. A su vez estos dioses tuvieron personas que han anunciado sus dones y virtudes, o sea los profetas, como Moisés, Abraham, Mahoma, los Apóstoles y más, también existen hoy, en la tierra, representantes vivos de estos dioses como el Papa, el Ayatolá, el Gran Rabino, el Dalai Lama y otros. Cada tanto surgen nuevas religiones con nuevos Mesías, tan verdaderos como los anteriores. Podemos debatir la existencia real de estos dioses, su nombre y quien es el representante del mismo en la tierra, indudablemente este debate nunca llegara a conformar a toda la humanidad, ya que cada uno sostendrá su “fe y su verdad” por sobre la “fe y la verdad” de los demás.
Dioses y símbolos
Estos dioses son representados por sus profetas y sus iglesias en la tierra, ellos son el símbolo entre lo humano y lo divino, el problema es cuando se mezcla la simbología con la idealización.
La Cruz, los Apóstoles y el Papa no son Jesús, la Media Luna, Mahoma y el Ayatolá no son Allah, la Estrella de David, Moisés y el Gran Rabino no son Jehovah… son sus símbolos… pero a su vez Jesús, Allah y Jehovah son representaciones idealizadas de seres divinos, es decir que TODOS son evocaciones “simbólicas” y esto conlleva una realidad, “no se puede ofender ni blasfemar una representación simbólica”, porque es justamente eso… una representación.
Ofender y Blasfemar
La Organización para la Cooperación Islámica, intenta imponer, en las Naciones Unidas, una prohibición internacional a la “blasfemia” o a la “difamación a la religión”… recordemos que el Corán 5:33 dice que “quienes blasfemen a Alláh o Su Enviado serán muertos sin piedad”, y según el artículo 513 del Código Penal Islámico de Irán: “Cualquier persona que insulta a las santidades islámicas o a cualquiera de los imanes o habla despectivamente del profeta Muhammad, debe ser ejecutado”… ¿Esa es la ley que desea imponer la Organización para la Cooperación Islámica?
Es en este punto donde debemos colocar el límite entre lo real y lo imaginario… la vaca es sagrada en la India, el dragón es sagrado en China, el sol es sagrado en varias religiones… ¿Puedo hacer una caricatura sobre vacas, dragones o soles sin ofender a sus adoradores?… ¿Es una blasfemia decir que Jesús se parecía a James Caviezel y Moisés a Charlton Heston?… ¿Qué es más ofensivo y blasfemo, dibujar un señor con turbante o degollar personas reales frente a las cámaras de YouTube ?…
De lo cómico a lo trágico
Todas las revistas de caricaturas son impertinentes, irreverentes y contestarías, en todos los países hay más de una, también lo es el humor político, sexual o religioso, y Charlie Hebdo no es la excepción, en su historia publicó caricaturas contra la clase política, la iglesia católica, el judaísmo, los hindúes y el islam. Recuerdo al Papa Benedicto vestido de rojo, con cuernos y tridente, o a la Virgen María pariendo a Jesús, o a Moisés con un látigo, por supuesto que algunos se ofendieron y otros sonrieron, pero nadie amenazo ni intento matar a los caricaturistas… pero el hecho de publicar una imagen sobre el islam desató el caos, y los periodistas de Charlie Hebdo pagaron con sus vidas la libertad de expresar sus ideas.
Todos somos…
La nueva portada de Charlie Hebdo luego del brutal asesinato de doce de sus periodistas, lleva la imagen de Mahoma llorando, con un cartel que dice “Yo soy Charlie”, demostrando que contra el extremismo debemos ser extremistas, si publicar caricaturas ofende a extremistas islámicos, el hecho de asesinar periodistas en su revista, judíos en un supermercado y policías en la calle, nos vuelve “periodistas, judíos y policías” a todos… porque “TODOS somos Charlie”.
Espero que las izquierdas del mundo no vuelvan a levantar la voz como lo hicieron hace diez años, gritando “¡islamofobia!” y no acusen a Charlie Hebdo de “xenófoba”, porque les recuerdo que los periodistas asesinados eran de izquierda, también espero que los periodistas del mundo no impongan absurdamente autocensura a sus columnas, porque los periodistas asesinados amaban la libertad de expresión y defendieron sus ideas con su vida… y en este caso, no es una metáfora.
Hasta la próxima