Hay que mirar más allá. hacia abajo

@latinojustice

Este es el Mes de la Mujer. Es la época del año en que nos acordamos de las mujeres y todos nuestros logros, nuestras luchas y nuestras ganancias. Es la época en que las mujeres en los entornos corporativos son honradas. Se realizan eventos para realzar el trabajo de las mujeres que forman parte de las juntas directivas, y también de diversos movimientos.

Este mes celebramos las contribuciones colectivas y los logros económicos, políticos y sociales que las mujeres (y las que se identifican como mujeres) hemos ganado. Donde conmemoramos los derechos reconocidos por primera vez hace más de 60 años en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Estos derechos están consagrados hoy en día en leyes federales como la Ley de Derechos Civiles de 1964, la Ley de Violencia Contra las Mujeres y la Ley de Pago Justo Lily Ledbetter.

A pesar de esto, la promesa de la igualdad no se ha logrado todavía. De hecho, para muchas mujeres inmigrantes parece alejarse más y más. Mujeres inmigrantes que trabajan más horas por menos salario y a menudo en condiciones hostiles. Hay millones de Latinas que viven la dolorosa realidad de tener que trabajar estando sujeto a las prácticas y tratamientos abusivos por parte de sus empleadores.

Entre los trabajadores de bajos salarios, las mujeres inmigrantes son aún más vulnerables a la explotación o ser víctimas de la trata, como resultado de su situación económica y estatus migratoria. Por eso, debemos reclamar el verdadero nombre del 8 de marzo, que es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Los problemas laborales que las mujeres enfrentan a diario siguen siendo la desigualdad salarial, los salarios no pagados, el acoso laboral, el desempleo y la violencia de género. Latinas están sobrerrepresentadas en los sectores de trabajo peor pagados, como servicio de alimentos, lavanderías, trabajo doméstico o servicios de limpieza. Estos tipos de trabajo con salarios bajos suelen proporcionar poca o ninguna protección del empleo, la flexibilidad de tiempo libre u horarios predecibles.

Debido tanto a la precariedad, aislamiento y la desesperación de algunos tipos de trabajo de bajos salarios, se fomenta un clima para el acoso y la discriminación donde se explota la vulnerabilidad de estas mujeres trabajadoras.

Mientras que el mundo está observando y celebrando el avance gradual de la promesa de igualdad, debemos dirigir esa atención a los actuales abusos sistémicos y desenfrenados que las mujeres inmigrantes de bajos salarios continúan experimentando a manos de los empleadores

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