Por qué Peña Nieto quiere armar a agentes extranjeros en México
Especialistas insisten en que el gobierno estadunidense también debería aceptar en su país a agentes mexicanos armados
Más allá de la polémica, ¿por qué autorizar armas para agentes extranjeros?.
Para facilitar el comercio y la migración, asegura el gobierno en la iniciativa enviada al Senado.
De aprobarse la enmienda agentes de aduanas de otros países podrán revisar en territorio mexicano las mercancías de exportación, lo cual ahorraría trámites en su lugar de destino.
Un proceso similar se espera con las personas: en los puertos de salida los responsables de migración de cada país revisarían la documentación de los pasajeros antes de iniciar el viaje.
No está claro por qué necesitarían armas los agentes asignados a instalaciones de seguridad nacional, como las aduanas o puntos migratorios que son vigiladas indistintamente por el Ejército, la Marina y la Policía Federal.
El secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, dice que es parte de su trabajo.
“Los agentes aduanales y migratorios en los tres países tienen como parte esencial de su función la portación de armas”, asegura.
Pero Javier Oliva tiene otra versión. “Es un gesto de desconfianza, responde a una dinámica muy propia de las autoridades estadunidenses, no digo que es bueno o malo sino que así es”.
Algunos especialistas creen que de aprobarse la iniciativa puede abrirse la puerta para que integrantes de otras agencias de seguridad extranjeras porten armas durante su estancia en el territorio.
La polémica por los agentes extranjeros armados fue particularmente intensa desde 1985, tras el asesinato en Jalisco de Enrique Camarena Salazar, integrante de la agencia antidrogas estadunidense, la DEA.
En distintos momentos el tema se abordó en el Congreso, hasta que en julio de 1992 se estableció en la Ley Federal de Armas la prohibición expresa para su portación por parte de personas no inmigrantes.
¿Cumplieron con la norma los miembros de agencias extranjeras de seguridad?
Sí, de acuerdo con la Cancillería. Tal vez, según las versiones frecuentes que se publican en medios mexicanos y estadunidenses.
En 2012, por ejemplo, se divulgó que Jaime Zapata, el agente del Servicio de Inmigración y Aduanas asesinado un año antes por el cartel de Los Zetas, estaba armado al momento que fue agredido.
Y en noviembre pasado el diario The Wall Street Journal aseguró que alguaciles de Estados Unidos participan, con armas en operaciones encubiertas realizadas en territorio mexicano.
Historias como éstas son parte de la nueva polémica, aderezada con el histórico recelo de los mexicanos hacia su vecino del norte.
“Nada más falta que autoricemos que los agentes de migración, que matan a connacionales que intentan cruzar la frontera, ahora puedan actuar en nuestro territorio armados”, sentencia el senador Encinas.
La propuesta del presidente Peña Nieto implica modificar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y pretende, además, establecer reglas para los cuerpos de seguridad que acompañan a jefes de estado y diplomáticos en sus visitas a México.