Hablen de dinero antes de dar el sí
¿Cuántos futuros cónyuges hablan en serio acerca de finanzas antes o incluso durante la planificación del gran día?

Tengan una conversación financiera seria antes de casarse. Crédito: Shutterstock
Las bodas son un pilar fundamental de la cultura estadounidense. Al igual que sucede con muchos otros pilares fundamentales, los costos siguen incrementando, al igual que el precio de no averiguar de antemano qué piensa su futuro cónyuge acerca del dinero.
Las ceremonias nupciales se tornan cada vez más complejas y costosas: invitaciones de formas peculiares que llevan sellos postales de $2; distintos vestidos para la novia, uno para la ceremonia, otro para la recepción y otro para después de la fiesta; o decoraciones con cascadas de agua. Las parejas incluso contratan fotógrafos con drones para sacar fotografías aéreas.
Los vestidos, la decoración y los drones suman al total de gastos. Según el último estudio anual denominado Real Weddings Study, el costo promedio actual de una boda en los Estados Unidos supera los $31,000.
Para poner esa cifra en contexto, el ingreso promedio de una familia en los Estados Unidos es de aproximadamente $52,250. De acuerdo con ese mismo estudio, en 2014, el 45% de las parejas superaron el presupuesto del que disponía para su ceremonia. Sólo el 6% de las parejas gastaron menos de lo previsto y aproximadamente un 23% de ellas siquiera había elaborado un presupuesto.
(Según ese estudio, en promedio, los padres de la novia aportan el 43%, la novia y el novio aportan el 43%, y los padres del novio aportan el 12% del presupuesto total de la boda, es decir, que sólo el 12% de las parejas afrontan los gastos de la boda sin ayuda.)
¿Cuántos futuros cónyuges hablan en serio acerca de finanzas antes o incluso durante la planificación del gran día? Usted no querrá pasar los próximos 10 años pagando los gastos de un fin de semana de despilfarro. Estoy convencido de que es necesario sentarse a hablar en serio sobre dinero mucho antes de la boda.
Empezar a conversar sobre estos temas desde el principio sienta una base sólida para el futuro financiero de la pareja y planificar los aspectos financieros de una ceremonia importante se transforma en un catalizador perfecto.
¿Por qué arruinar un momento feliz con una charla sobre dinero? Posiblemente, para evitar un momento infeliz en el futuro: las parejas que “discuten por cuestiones de dinero una vez por semana” tienen un 30% más de probabilidades de divorciarse que las parejas que afirman “discutir por cuestiones de dinero un par de veces al mes”, según un estudio de 2009 realizado por la Utah State University que analiza la relación entre las finanzas y el divorcio.
En primer lugar, analizar la situación financiera de ambos ayuda a garantizar que el presupuesto para la boda esté alineado con los objetivos financieros a mediano y a largo plazo de la pareja, por ejemplo, pagar las deudas de la tarjeta de crédito y los préstamos para estudios universitarios, comprar un inmueble, trasladarse a otro país por cuestiones laborales y tener hijos, entre otros.
Las parejas deberían sentarse a conversar y preguntarse:
- ¿Eres ahorrativo o gastador?
- ¿Cuáles son tus objetivos financieros y hay algún objetivo que consideres que debemos cumplir juntos?
- ¿Quieres tener hijos? ¿Cuántos?
- ¿Cuáles son tus objetivos profesionales?
- ¿Ya has comenzado a ahorrar para la jubilación?
Otra pregunta a plantear es si su futuro cónyuge conoce su calificación crediticia, si deberían combinar sus cuentas bancarias y cómo gastarán el dinero una vez que estén casados.
Si bien estas preguntas no parecen tener mucho que ver con el presupuesto para la boda, les darán a ambos una mejor idea de qué esperar de un futuro financiero en común. Luego, pueden elaborar el presupuesto real para la boda, teniendo en claro la situación financiera actual y los futuros objetivos de ambos.
Escuche las respuestas sin juzgar al otro. Este ejercicio para recabar información ayuda a entender los hábitos financieros del otro y, con un poco de suerte, propiciará un diálogo constante y saludable durante muchos años acerca de sus finanzas en común.
No hay un monto incorrecto a gastar en una boda. Pero sí hay una forma correcta de encarar las finanzas de una pareja, mucho después de terminada la fiesta.