El tema del aborto, una vez más en la Corte Suprema

A través de legislaciones estatales, de gobierno conservador, el movimiento pro-vida va ganando terreno en EEUU

Mientras la Suprema Corte de Estados Unidos se alista para revisar varias regulaciones estatales sobre la constitucionalidad del aborto, el movimiento nacional en contra del aborto va ganando terrero.

El martes pasado, el Quinto Circuito de Apelaciones mantuvo en pie partes claves de una ley de Texas que pronto podría cerrar la mitad de las clínica que quedan en el estado con autorización para practicar el aborto,  dejando a la Corte Suprema como la última opción para los opositores esta medida con las restricciones más estrictas contra este procedimiento en la nación.

El miércoles, el Senado de Wisconsin pasó un proyecto de ley que prohíbe los abortos que no sean considerados de emergencia después de las 20 semanas de gestación.

El jueves, el senador republicano en Washington, Lindsey Graham presentó una versión al Senado de una medida ya aprobada en la cámara baja para que a nivel federal se prohíba el aborto después de 20 semanas de embarazo.

Aunque la iniciativa de Graham tiene pocas posibilidades de conseguir los votos demócratas y, de ser aprobada, enfrentaría el veto del presidente barack Obama, el plazo de las 20 semanas tiene preocupados a los activistas pro-choice porque ya 14 estados han impuesto esta prohibición en los últimos cinco años y las encuestas indican que es una medida que cuenta con el apoyo de la mayoría de los estadounidenses (60%), lo que podría tener un impacto en las decisiones de la Corte Suprema.

Parte de la estrategia del lado de los antiaborto es impulsar leyes como la llamada HB2 de Texas, la cual impone requerimientos más estrictos para que las clínicas donde se llevan a cabo los abortos funcionen casi como los centros quirúrgicos de hospitales y los médicos que los practican tengan el privilegio de admisión en hospitales cercanos.

“Desde antes de Roe V. Wade ninguna ley o fallo judicial tuvo el potencial de devastar el acceso al cuidado de salud reproductivo en esta escala demoledora”, declaró en un comunicado Nancy Northup, directora ejecutiva del Centro para los Derechos Reproductivos, refiriéndose al fallo del Quinto Circuito sobre la ley de Texas, que reduciría a un máximo de 10 clínicas donde se pueda practicar el aborto, en un estado de 27 millones de habitantes.

El efecto Mississippi 

Desde 2010, los estados con gobierno republicano han aprobado una serie de leyes relacionadas con el aborto. Algunos limitan el período de tiempo durante el cual las mujeres pueden terminar su embarazo, otras establecen nuevas restricciones para las clínicas, los médicos o los medicamentos que inducen el abortos durante las primeras semanas.

Aunque la mayor parte de las nuevas leyes han sido bloqueadas o anuladas por jueces federales, y hasta ahora, la Corte Suprema se ha negado a escuchar las apelaciones de los estados, este mes el máximo tribunal tendrá que decidir una vez más  sobre el polémico tema y determinar si los estados pueden poner en vigor nuevas y más estrictas leyes para que éste se realice, incluyendo una que cerraría la única clínica de Mississippi con licencia para realizar  este procedimiento.

Si los magistrados aceptan escuchar el caso de Texas, dicen los expertos, esto podría llevar a redefinir los límites del fallo Roe V Wade, emitido en 1973, en una era cuando los estados están buscando leyes en contra del aborto.

Pero la ley de Mississippi tiene mayores implicaciones ahora que una docena de estados han seguido los pasos legislativos y el acceso al aborto es ahora más restrictivo en una buena parte de la nación. La provisión, que según sus impulsores, es necesaria para proteger la salud y seguridad de las mujeres, tiene un enfoque específico en clínicas y doctores en estados tales como Texas, Alabama, Louisiana y Wisconsin.

Según un sondeo de la CBS News realizado en marzo, 38% de los estadounidenses estima que la interrupción voluntaria del embarazo debe ser una opción disponible, 34% desea que existan más restricciones y 25% está a favor de que se prohíba.

La proporción de estadounidenses que desea hacer ilegal el aborto es relativamente estable desde los años 1970, según el instituto Gallup. Varió de 22% en 1975 a 21% en 2014.

Una encuesta del Centro de Investigación Pew difundida en abril del 2012, indicó que el 51% de los hispanos estaría de acuerdo con que el aborto fuera declarado ilegal en algunos o todos los casos.

Menos abortos

Varios de los estados que han sido más agresivos en la aprobación de leyes en contra del aborto, incluyendo Indiana, Missouri, Ohio y  Oklahoma. han registrado una caída de más del 15% desde 2010, el nivel más bajo en décadas. Pero ese descenso también se ha visto en los estados más liberales como Nueva York, Washington y Oregon, a pesar de que sus residentes tienen menos restricciones para el aborto.

Quienes promueven las restricciones antiabortos señalan que ha habido un cambio de actitud en la mujer embarazada más aún cuando pueden ver la primera fotografía del bebé a través de un sonograma lo que eleva la toma de conciencia de la humanidad del nonato antes de nacer.

Los únicos estados donde se ha presentado un aumento en el número de abortos son Louisiana y Michigan alcanzando un 18.5% y que podría responder a la llegada de mujeres de otros estados donde existen restricciones fuertes contra el aborto.

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