La niña mexicana que se convirtió en la psicóloga más joven del mundo
Dafne Almazán es una niña superdotada, al igual que sus hermanos
Juan Paullier
BBC Mundo, Ciudad de México (@juanpaullier)
Terminó la primaria a los 6, un año después la secundaria, cursó la preparatoria en dos años, a los 10 empezó la universidad y el próximo mes se convertirá en la psicóloga más joven del mundo.
Dafne Almazán, una mexicana de 13 años, es superdotada, al igual que su hermano Andrew, de 20, y su hermana Delanie, de 17.
Recientemente fue incluida en la lista de las 50 mujeres más poderosas de México, algo que califica de “impresionante”.
“Me dijeron que porque mi caso era inspirador”, aclara.
Cuando en agosto culmine sus estudios a distancia en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Itesm), no se dedicará a atender a pacientes.
Almazán prepara su examen de admisión para hacer una maestría y ya piensa en un doctorado.
“Todos estos conocimientos me van a servir para ayudar a los niños sobredotados, que es en el ámbito al que me quiero dedicar. Quiero que mi historia abra nuevas puertas a los niños y romper mitos de que no tenemos infancia”, le dice a BBC Mundo.
Pese a que estudia 12 horas por día, tiene tiempo para llevar adelante una vida de una niña de 13 años normal. O casi.
“No por el hecho de estar en la universidad significa que no puede seguir divirtiéndome, entonces cuando vienen mis amigas, vemos películas, platicamos, jugamos, actividades normales”, explica.
Pero eso es cuando no está estudiando su licenciatura, haciendo taekwondo —ya es cinturón amarillo— pintando al óleo o tocando el piano, o dando clases de chino mandarín a niños superdotados.
A ese nivel llega Almazán.
Ayuda a algunos de los 250 alumnos del Centro de Atención al Talento (Cedat), una institución fundada por sus padres con el objetivo de asistir a niños y jóvenes con sobrecapacidad intelectual en México.
“A algunos se les dificulta cómo escribir los caracteres o como pronunciar, entonces decidí ayudarlos”, cuenta Almazán, quien también habla inglés, francés y latín, y explica que disfruta “ver cómo están aprendiendo”.
Almazán tiene claro el rumbo: “Todavía falta pero cuando haya acabado el doctorado me gustaría dar clases a los niños, me gusta mucho enseñar a los niños”.
Nunca pisó el aula de una escuela normal y no se siente mal por ello.
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El modelo
En el Cedat, explica su padre Asdrúbal Almazán, se trabaja con un modelo educativo desarrollado por el hermano mayor de Dafne, Andrew, por el momento el psicólogo más joven del mundo, un mérito reconocido por la organización World Record Academy.
Se trata de la Teoría Nouménica, un modelo psicopedagógico que se basa en la segregación total de los niños genios.
La clave del éxito: mantenerse alejados de la gente más grande.
“Los niños se desajustan”, asegura Asdrúbal.
“Mis principales amigos están acá en el Cedat, es más fácil hablar con ellos porque tenemos intereses comunes”, apunta Dafne.
La niña también ha seguido el modelo de “aceleración radical”.
“Es dejar que el niño aprenda sin ningún freno”, indica su padre.
“A veces suena que les estamos quitando la infancia, decir, una nena de 13 años que además estudia chino, francés, inglés, piano, robótica, artes plásticas, entra a un seguimiento de potenciamiento intelectual”, explica.
“Piensa uno que no da el tiempo”, añade, “pero no es así, simple y sencillamente es nada más organización porque también juegan, platican”.
Dafne hablará sobre su experiencia con la “aceleración radical” en la ponencia que presentará en agosto en Dinamarca en el marco de la conferencia del Consejo Mundial de Niños Dotados y Talentosos (Wcgtc, por sus siglas en inglés).
Otra de las recetas, explica su padre, es la estabilidad emocional y la unidad del núcleo familiar.
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Perfil del niño “sobredotado” en México
- Hiperactividad, que disminuye al presentarse una tarea demandante o de interés para el niño
- Aprendizaje rápido
- Distraído (por la hipersensibilidad de los sentidos), aunque con la capacidad de aprendizaje sin prestar atención
- Interviene en pláticas de adultos y puede comprenderlas
- Le gusta conversar con gente mayor que él
- Continuamente arma objetos o estructuras
- Tiende a querer imponer sus reglas
- Sensible en el área emocional
- Tiene baja tolerancia a la frustración, lo que genera una búsqueda incansable por conseguir siempre sus objetivos
*Datos tomados de la investigación “Perfil del Sobredotado” realizada en el Cedat con más de 1.600 casos de niños superdotados.
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En familia
Pero el camino no ha sido fácil.
“Nos costó trabajo el primero, Andrew. Fue el encontrarse sin respuestas, pensar que tenemos un hijo diferente y que no tenía cabida en ningún lugar, esa fue la razón para abrir el centro, para poder atender a niños que como él aprenden muy rápido y no tienen las personas adecuadas para guiarlos y ver cómo sufren por la situación de que son diferentes”, señala Asdrúbal.
Al principio les “llovieron muchos diagnósticos erróneos”, “nos rebelamos y nos quedamos con que era un niño con sobredotación intelectual y empezamos a a prepararnos para comprender el fenómeno”.
A los 20 años, el hijo mayor de la familia no sólo es psicólogo, sino que se graduó en medicina, tiene una maestría en educación, está por terminar un doctorado y es investigador en el ámbito médico, psicológico y educativo.
De acuerdo a datos del Cedat, el 93% de los niños superdotados son confundidos y mal diagnosticados con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), lo cual genera un manejo inadecuado y por lo tanto la pérdida de sus capacidades.
Pero aunque cuando llegó Dafne sus padres ya estaban preparados, no querían que, porque sus hermanos mayores eran superdotados, se viera presionada.
Ella sola mostró que estaba para cosas de grandes y antes del año aprendió a caminar.
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La Organización Mundial de la Salud define a una persona superdotada como aquella con un Coeficiente Intelectual (CI) mayor a 130 puntos en alguna prueba psicométrica científica y estadísticamente validada. Esto ubica aproximadamente al 3% de la población en este rango, con lo que se calcula que deben existir cerca de un millón de niños superdotados en México, asegura el Cedat.
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Sus padres le daban crayolas y hojas para pintar, pero insistía en pedir lápices.
Con una servilleta escondida y viendo a su hermana, aprendió a leer y escribir a los 2 años y medio.
“Quería los lápices porque con la crayola no podía escribir. Entonces cuando vimos que había aprendido a leer dijimos: ‘No podemos luchar contra eso, sino vamos a estar en el otro extremo'”, dice su padre.
Más adelante, las actividades ocurrían a otro nivel.
“Los juegos entre ellos eran cuestiones diferentes. Ver tres niños jugando recreando la Revolución Francesa, imprimían las caras de los personajes y en una mapa empezaban a jugar, para nosotros era muy satisfactorio porque estaban aprendiendo”, cuenta Asdrúbal.
“Todos son muy competitivos”
Asdrúbal explica que con niños así es importante trabajar de forma especial en lo que respecta a la competencia y los celos.
“Todos son muy competitivos, todos quieren ser los mejores, entonces la dinámica familiar, los padres deben estar enfocándose sobre todo al respeto, se necesitan unos a otros”, explica.
“Principalmente lo vi en mis compañeros y si a mí me gusta mucho saber más, entonces mis compañeros entre ellos compiten mucho, hasta niños de 2 años compiten entre ellos”, señala Dafne.
“Aunque tengan tus amigos”, agrega, “tú quieres ser el mejor, entonces eso pasa seguido aquí”.
Ha practicado ballet clásico, natación, patinaje artístico sobre hielo y también tiene tiempo para las artes plásticas.
Y tiene claro cuáles son sus próximos pasos.
“Tengo que desarrollarme profesionalmente”, asegura, “para después poder tener las herramientas necesarias para ayudar a los niños, a sacarlos adelante, para que no sufran y que vean que sí se puede hacer todo esto”.