5 destrezas para sobrevivir en la vida

Debemos llevar siempre nuestras herramientas emocionales dentro de nuestra "mochila psicológica"

mujer feliz

Los adultos seguimos luchando con presiones económicas, incertidumbre ocupacional, tensiones familiares y preocupaciones por la salud. Crédito: El Nuevo Día

Hace muchos años (más de lo que puedo creer), la doctora Lucy López Roig ofreció talleres sobre comunicación y trabajo en equipo. Como parte del taller, siempre incluíamos una película documental llamada “Tú empacas tu propio paracaídas”.

En esta película de motivación, la narradora, doctora Eden Ryl, se preparaba para hacer su primer salto paracaidista. Naturalmente, estaba aterrorizada ante el prospecto de lanzarse de un avión y flotar en el vacío hasta que aterrizara. Para lograr esta hazaña, ella tuvo que prepararse bien: aprender las técnicas e información vital, superar sus temores y, como último paso en la preparación, empacar su propio paracaídas. Al fin, logró su objetivo, con gran regocijo y, seguramente, llena de adrenalina.

El mensaje fue uno sencillo y profundo. Para encarar los desafíos de la vida, tenemos que asumir responsabilidad propia. Tenemos que tomar las riendas de nuestras vidas, capacitarnos, prepararnos mental, emocional y físicamente y, empacar nuestro propio paracaídas. Aunque recibamos apoyo e instrucción de otros, nuestra responsabilidad no es delegable.

Asocio la lección de la película con esta época, cuando los estudiantes se preparan para el comienzo de un nuevo año escolar. Llenan sus mochilas con lo que necesitarán y también se preparan intelectual y emocionalmente. Los padres les hablan de forma alentadora de lo que podrán alcanzar este año. Les exhortan a dejar atrás el pasado y abrazar las oportunidades que les brindarán los nuevos profesores, clases, amistades y, quizás, una nueva escuela.

Simultáneamente, los adultos seguimos luchando con presiones económicas, incertidumbre ocupacional, tensiones familiares y preocupaciones por la salud. ¿Qué ejemplo estamos dando a nuestros jóvenes sobre las maneras de enfrentar las adversidades de la vida? ¿Les estamos enseñando a empacar sus “mochilas psicológicas” con las herramientas necesarias? ¿Somos buenos modelos de cómo lidiar con las frustraciones, superar los obstáculos y encontrar la voluntad y la fuerza para seguir hacia adelante? ¿Cuáles son los artículos más importantes para echar en la “mochila” invisible que cargamos?

Para comenzar, la “mochila” debe contener las herramientas que sean útiles para sobrevivir y florecer. Las investigaciones en los campos de la psicología y neurociencia sugieren que necesitamos equiparnos con las siguientes destrezas y cualidades:

  1. Resiliencia: Se refiere a la capacidad del ser humano de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas. Es la resistencia o fortaleza psicológica que nos permite recuperar o adaptar positivamente después de una experiencia negativa. Se compone de muchos atributos tales como el optimismo, la habilidad de enfocarse en la solución de los problemas, la flexibilidad y el manejo de cambio, entre otros. De acuerdo con la Asociación Americana de Psicología, la resiliencia incluye conductas, pensamientos y acciones que todos podemos aprender y desarrollar.
  2. Inteligencia Emocional (EI): Incluye las habilidades psicológicas que permiten reconocer y regular nuestras propias emociones, entender las de los demás y utilizar esta información para guiar nuestro comportamiento. Abarca el manejo del estrés y el coraje, la empatía y la comunicación interpersonal efectiva.
  3. Conexión con una red de apoyo social: Las relaciones interpersonales que nos brindan apoyo, amor y seguridad contribuyen grandemente a nuestro bienestar emocional. Cultivar las relaciones con las personas que nos brindan confianza, con las cuales nos sentimos acogidos y valorados es otra herramienta esencial para la mochila.
  4. Cuidarse físicamente: Como seres integrados, existe una relación directa entre la salud física y el bienestar emocional. Sigamos las recomendaciones para lograr el balance óptimo en cuanto a ejercicio, dieta y sueño. Aunque no todos seamos atletas, nos estamos entrenando continuamente para un maratón que se llama “la vida”.
  5. Por último, un ancla espiritual: Nos puede ayudar a mantener una perspectiva amplia y esperanzadora de la vida, aun en los momentos más oscuros. Nos ofrece un sentido de propósito y significado, además de los valores que nos guían para tomar decisiones difíciles.

Hay momentos en la vida de todo ser humano cuando las presiones parecen incrementar y sentimos que sobrepasan nuestra capacidad para lidiar con las mismas. Nos podemos sentir agobiados y con nuestra “mochila” casi vacía. El estrés puede ser tan fuerte como el que siente la persona que salta de un avión, aun con el mejor paracaídas. Estos momentos difíciles son oportunos para repasar nuestro inventario personal y ver con qué contamos para enfrentar los retos.

– Marion A. Wennerholm, Ph. D. Es psicóloga clínica, presidenta y co-fundadora de Lucy López-Roig EAP, Inc. en San Juan, LLREAP@me.com

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