Ciudadanía por nacimiento y los Republicanos

Según el historiador Eric Foner, el Partido Republicano, el del presidente Abraham Lincoln, alcanzó uno de sus logros históricos más grandes al establecer el derecho a la ciudadanía por nacimiento.

En este país el derecho a la ciudadanía por nacimiento es el legado de una guerra civil y la promesa de rechazar el concepto de que tu raza, tu nacionalidad o tu sangre definen exclusivamente si eres ciudadano. En sí debemos el derecho a nuestros compatriotas afro-americanos quienes al lograr la eliminación de la esclavitud establecieron este concepto jurídico de oportunidad e inclusividad.

Pero también, ironía de ironías, se debe al Partido Republicano.

Según el historiador Eric Foner, el Partido Republicano, el del presidente Abraham Lincoln, alcanzó uno de sus logros históricos más grandes al establecer el derecho a la ciudadanía por nacimiento. Ese derecho igual que la Enmienda 14 de la Constitución que lo ratificó, fueron los principios que definieron el nuevo Partido Republicano en ese entonces.

A medianos del siglo 19 los beneficiarios de este derecho eran los afro-americanos. A fines del mismo siglo los niños de inmigrantes chinos lograron el derecho bajo el caso de la Corte Suprema en 1898, Wong Kim Ark, aun cuando sus padres fueron excluidos de la ciudadanía americana por ley. Hoy, más de un siglo después, la inclusividad anterior del Partido Republicano se gira 180 grados en forma grotesca a favor de la exclusividad contra inmigrantes latinos.

Ser extremo, como Donald Trump, en exigir la eliminación de casi 150 años de derecho constitucional es algo que se esperaba. Pero gracias a Trump el público ahora sabe que la mayoría de candidatos presidenciales de ese partido son igual de extremistas. Solo Jeb Bush y John Kasich están en contra mientras que Marco Rubio y Chris Christie quieren examinar el concepto a profundidad.

Como he señalado anteriormente en el caso de la República Dominicana el derecho a la ciudadanía por nacimiento no es un derecho universal. El derecho de cada nación soberana en definir su ciudadanía es inalienable. Estados Unidos se definió como la nación de oportunidad, de libertades nunca reconocidas en Europa, y del rechazo a la realeza como la vía hacia la prosperidad. Claro está que tuvimos que sufrir por una guerra civil para cumplir con esos principios nobles en cuanto a personas de color – y que ese trabajo continúa hoy en día. Pero esto no disminuye el concepto que en este país el derecho a la ciudadanía por nacimiento nació en la promesa de libertad de oportunidades capaz de ser logrado sin cualquier limitación que deriva del estatus o sangre de tus padres.

Eliminar ese derecho, establecido en ley en 1866, pone en peligro a latinos. Aparentemente, Donald Trump habla por muchos cuando los sondeos de Fox News determinan que 63% de Republicanos lo apoyan en este caso. Veremos. Cuatro años atrás la política de la “auto-deportación” que caracterizó la campaña de Mitt Romney resultó en el rechazo abrumador del votante latino y eventualmente, en su derrota total.

Si siguen al charlatán Trump en definiciones racistas de quién es, o no es, ciudadano cuando retan el derecho a la ciudadanía por nacimiento, la ruta hacia la derrota en noviembre 2016 se ve claramente.

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