10 CLAVES: Más periodistas amenazados y asesinados en el mundo
La intolerancia contra la prensa aumenta en muchos países y el riesgo de los periodistas con ella
Ciudad de México.? Persecución, amenazas y muerte, estas palabras han estado ligadas en los últimos años al periodismo, la libertad de prensa muestra un deterioro y es atacada en todo el mundo. Los casos más recientes: los asesinatos de dos comunicadores y un periodista que fue sacado de una conferencia por “incomodar” con sus preguntas a un candidato presidencial.
A inicios de semana una noticia se propagó en los medios de comunicación: el asesinato de una periodista y un camarógrafo cuando transmitían en vivo para una cadena nacional de Estados Unidos.
Alison Parker y Adam Ward fueron ejecutados por su ex compañero, Vester Lee Flanagan, también periodista, mientras estaban dando un informe en vivo para WDBJ-TV, una emisora afiliada a la cadena de televisión CBS en Virginia. En el tiroteo también resultó herida la mujer a la que entrevistaba Parker, la directora ejecutiva de una Cámara de comercio local Vicki Gardner.
Un caso parecido ocurrió en Brasil. El pasado 6 de agosto, el locutor Gleydson Carvalho fue asesinado cuando transmitía en vivo su programa en Radio Liberdade en la ciudad de Camocim en el estado de Ceara. La policía dijo que dos hombres armados entraron al estudio, le dispararon varias veces y huyeron.
Carvalho era el director general de Radio Liberdade FM 90.3, tenía un programa en el que denunciaba la corrupción política local y había recibido amenazas de muerte previamente.
Guatemala es otro de los países que ha registrado un incremento acelerado de agresiones a comunicadores. La Asociación de Periodistas de Guatemala (APG) denunció el pasado mes de julio un intento constante de sabotear el trabajo informativo.
Un caso que dio la vuelta a todo el mundo fue el atentado contra la revista Charlie Hebdo en enero de este año. Dos policías, un empleado de limpieza, un amigo de la revista y ocho miembros de su redacción, entre ellos su director y cuatro grandes dibujantes franceses, fueron acribillados por dos islamistas radicales.
La matanza conmocionó a nivel internacional y evidenció lo peligroso que es ejercer el periodismo. Antes se creía que sólo en los países donde existían guerras o conflictos sociales la labor de un comunicador era riesgosa, hoy diversas organizaciones internacionales como Reporteros Sin Fronteras (RSF) y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) alertan de un incremento en las agresiones que van desde ataques físicos hasta cibernéticos.
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Una de las razones de una preocupante regresión en cuanto a la libertad de prensa a nivel mundial es la seguridad nacional para limitar el trabajo periodístico. Los gobiernos crean, a un ritmo sostenido, todo un arsenal legislativo para amordazar a las voces independientes.
En el recuento de casos se encuentra el periodista Jorge Ramos, él no fue agredido físicamente como los casos antes mencionados, él fue echado de una conferencia de prensa por hacer su trabajo: preguntar.
El pasado 25 de agosto Ramos fue sacado de una conferencia de prensa tras sostener una discusión con Donald Trump, aspirante a la candidatura del Partido Republicano a la Presidencia de Estados Unidos. Los hechos ocurrieron en Iowa, Estados Unidos. Ramos cuestionó a Trump sobre su propuesta de deportar a 11 millones de migrantes, éste le ordenó sentarse y que “regresara a Univisión”.
México también tiene a sus muertos. En el Índice Mundial de Libertad de Prensa de RSF, el país ocupa el puesto 148 de 180 países. Pero ¿quiénes están detrás de estos ataques? Los cárteles de la droga y las autoridades federales y estatales, de acuerdo con las organizaciones protectoras de los periodistas, que también señalan que la impunidad sigue siendo la regla en la inmensa mayoría de los asesinatos y desapariciones.
El caso más reciente y que indignó al país ocurrió el pasado 31 de julio, el fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril fue asesinado junto con la activista Nadia Vera Pérez y otras tres mujeres en el Distrito Federal. Las denuncias previas de Espinosa en Veracruz por supuestas amenazas en su contra suponen para diversas organizaciones y colectivos civiles que se trató de un delito contra la libertad de prensa.
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