A 50 años de la huelga que formó la UFW

El Sindicato de Trabajadores Campesinos conmemora medio siglo de la huelga de las uvas

Eduardo Stanley/Especial para La Opinión
DELANO, CA — Hace medio siglo el grito de “¡Huelga! ¡Huelga!” estremeció el Valle Central de California. Miles de trabajadores del campo abandonaron sus puestos de empleo en reclamo de mejoras salariales y de condiciones laborales.
El movimiento empezó cuando jornaleros de origen filipino, en la zona de Delano, exigieron un aumento y los agricultores se negaron. Decidieron ir a la huelga pero, conscientes de que necesitarían ayuda, recurrieron a César Chávez, quien estaba organizando a jornaleros de origen mexicano en esa zona.
La unión de ambos grupos cambió la vida de miles de trabajadores y dio origen al Sindicato de Trabajadores Campesinos (United Farm Workers, UFW).
“Yo tenía 13 años cuando escuché el grito de ‘huelga, huelga’ en el campo de trabajo. Todos dejaron de trabajar y salieron”, recordó Lorraine Agtang, de 63 años y origen filipino. “Me sorprendí, para mí era difícil ver a filipinos desafiando a sus patrones”.
Su papá no dudó en plegarse a la huelga. Con él, Lorraine empezó a participar en interminables reuniones en el Filipino Hall, de Delano. La unión con los trabajadores mexicanos también le sorprendió.
“Los patrones siempre quisieron separarnos, hacernos competir”, explica Lorraine, madre de cuatro hijos. “Pero ahora no había nada de eso, ¡estaremos juntos!”
Josefina Flores, de 85 años, estaba en el pequeño poblado de Arvin cuando estalló la huelga de 1965. Después se fue a Selma donde conoció a Cesar Chávez. “Participé en la marcha a Sacramento”, cuenta con orgullo esta madre de tres hijos, luciendo decenas de botones alegóricos a la huelga y a la UFW. “¡Y de ahí en más me seguí involucrando!”
El boicot
Esta histórica huelga estuvo acompañada de un boicot a los productos agrícolas como la uva —principal cultivo en la zona de Delano—para lo cual centenares de activistas viajaron por todo el país organizando “piquetes” frente a supermercados, hablando con la prensa, distribuyendo mensajes impresos, visitando universidades y escuelas, convenciendo así a millones de consumidores para que los ayudaran a lograr salarios más dignos en el campo.
La población respondió en apoyo a la UFW y los agricultores finalmente aceptaron negociar con el sindicato. Se firmaron entonces los primeros contratos.
Pero en la década siguiente las huelgas regresaron.
“Nosotros volvimos a la huelga en 1973, el dueño no quería aceptar las demandas del sindicato y empezó a reemplazarnos con maquinaria”, cuenta María Arévalo. “Incluso el patrón me atropelló con su vehículo cuando yo estaba afuera pidiendo a mis compañeros que se unan a la huelga”.
Arévalo fue a parar al hospital y, debido a una denuncia de su patrón, fue después arrestada. Esto, en lugar de asustarla, la motivó aún más. Participó en los boicots a la uva, vino y lechuga de los años 70s, para lo cual viajó a Detroit, Michigan y más tarde a San José, California. Regresó al Valle Central y organizó trabajadores en Porterville y Lindsey.
Conmemoración
La celebración ayer del 50 aniversario de la primera huelga, realizada en “40 Acres”, un amplio espacio de la UFW al oeste de Delano, contó con la presencia de centenares de personas. Hubo música, exhibiciones, recuerdos y dedicaciones. También estuvieron presentes muchos de los veteranos originales y sus familiares de esa histórica lucha fueron presentados.
“Con este evento celebramos la victoria y el aniversario 50 de esos hombres y mujeres que comenzaron nuestro movimiento”, dijo Arturo Rodríguez, presidente de la UFW.

En el evento, en el que participaron más de 1,000 personas, estuvo presente Robert Kennedy Jr., hijo del senador Robert F. Kennedy quien visitara a César Chávez durante su ayuno de 25 días en febrero de 1968 en Cuarenta Acres.

Ethel Kennedy, esposa del senador asesinado en junio de 1968 tras ganar las elecciones primarias para nominación a la presidencia por el partido demócrata en California, envió una carta con motivo de la celebración que fue oficialmente entregada ayer.

“Bobby y César sabían que con valentía y perseverancia los trabajadores agrarios disfrutarían de la protección de la ley y mejorarían enormemente sus vidas”, aseguró en su comunicación la señora Kennedy.

“Ellos compartieron el amor por un país, la pasión por la libertad y la justicia y reconocieron el poder del cambio pacífico”, aseguró la esposa de Bobby Kennedy quien al firmar la carta agregó un “Sí se puede!” de su puño y letra.

Durante la conmemoración el Teatro Campesino rindió homenaje “a más de 100 hombres y mujeres corajudos pioneros” que formaron parte de la Huelga de las Uvas.
En 1975, la UFW logró una de las mayores victorias políticas de su historia, cuando el entonces gobernador, Jerry Brown —el mismo que otra vez gobierna California desde 2011—, aprobó la ley “Acta de Relaciones Laborales de California (CALRA), por la cual se le otorga a los jornaleros organizados decidir por votación su participación en un sindicato.
Entre los logros de la UFW se cuenta las mejoras de las condiciones de trabajo en el campo y jubilación para los campesinos.
“Gracias a la UFW yo conseguí trabajo en el condado de Kern, aquí en Delano, y después de 30 años me jubilé”, dice Lorraine Agtang, con una expresión de orgullo. “Ahora me gusta explicarle a los jóvenes lo que hicimos en los 60s, y cómo trabajando juntos mejoramos la vida y el trabajo de ¡tanta gente!”

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